"El ladrón de Bagdad" (Ludwig Berger, Michael Powell, Tim Whelan, William Cameron Menzies, 1940)

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Estrenada en 1940 con medios técnicos que hoy han quedado añejos y muy desfasados pero que en su día supusieron una revolución (ganó los óscars a mejor dirección artística y fotografía en color y mejores efectos especiales). Es el remake de una película muda anterior de 1920 de Raoul Walsh, una gran producción en la época del británico Alexander Korda y relata un cuento de "Las mil y una noches" tratando de deslumbrar en todo momento con sus imágenes, cosa que lógicamente vista hoy no consigue tanto como lo hizo en su día. El paso del tiempo la ha perjudicado notablemente y hoy es imposible verla con admiración porque se le ven "las costuras", pero sí tiene el sabor del relato fantástico y de aventuras clásico y cuenta con la baza del joven Sabu haciendo de pícaro ladronzuelo, con un desparpajo ante la cámara que enseguida se gana las simpatías del espectador. En definitiva, un clásico que hay que ver con una cierta mirada infantil, dejándose llevar, pasando por alto sus carencias y centrándose en su particular aroma de aventura fantástica de los albores del cine sonoro.