El ladrón de lana

Algo muy raro está pasando en el pueblo de Paula. La gente dice que hay un ladrón suelto robando madejas de lana de sus casas.....
-Pero si es primavera ¿Para que querrá tanta lana?-. Decía la mamá de Paula
-Meterán al ladrón en la cárcel mami? - Preguntaba Paula muy interesada.
-Bueno robar es un delito. Está muy mal coger algo que no te pertenece sin permiso.
A cambio de la lana deja un cuento de fantasía, y como a todos les gusta tanto, están encantados. Hay muchos que ponen la madeja de lana en la ventana a ver si el ladrón les deja uno de sus cuentos.- Contestó su mamá.
La verdad que es un caso muy curioso y divertido al mismo tiempo.
Una mañana corrió la noticia de que el ladrón ya no estaba en el pueblo. Hace una semana que no desaparece lana.... La gente sintió pena, porque estaban encantados con los cuentos del ladrón.
El policía del pueblo se puso a investigar el caso ¡A ver si nuestro ladrón necesita ayuda! pensó.
Buscaron por todas partes a ver si encontraban alguna pista..... registraron campos, graneros, cuevas, trasteros. Al cabo de tres días buscando no encontraron ni rastro del ladrón y tampoco de la lana.
El pueblo volvió a la normalidad de siempre y se olvidaron por completo del curioso acontecimiento.
Llegó el invierno. Una mañana de Domingo, en todas las casas del pueblo había regalos, envueltos en papel blanco con lunares de todos los colores.Cada persona abrió el suyo ¡SORPRESA! Una preciosa bufanda tejida con la lana que hace tiempo robó el ladrón apareció bajo el papel. Y tenía una nota escrita para todos por igual que decía: Cogí la lana prestada para poder tejer una bufanda hecha del amor y cariño que recibí de vosotros.
Qué misterio. Nadie sabía de quién se trataba. Ni siquiera los niños recordaban quién podría ser el ladrón, aunque por lo que decía la nota seguro le conocieron.
Paula se puso la bufanda nueva para ir a clase y se sentía muy feliz. Los demás niños también se pusieron la suya. Y cosa curiosa pero con la bufanda se sentían tan felices!
Los adultos se sentían igual que los niños al ponerse la bufanda. Pero ¿quién era el ladrón de lana? ¿ porqué estaba tan agradecido? Y lo mas increíble....la magia de las bufandas.
Llegó la Navidad y como todos los años los niños llevaban los juguetes que no usaban a la cueva del Sol... Los mayores siempre dejaban cosas que no utilizaban...ropas de invierno, zapatos, mantas, alimentos... Hasta un televisor y una radio. Era una costumbre que les llenaba de alegría, pues sabían que todas esas cosas irían a parar a personas que las necesitaban.
La tarde de Navidad todos se reunían en la plaza del pueblo para cantar villancicos. Cuando estaban cantando apareció una señora muy guapa con una bufanda exactamente igual a las del regalo. Todos los niños salieron corriendo a su encuentro...
-¿Quien eres?¿Como te llamas?
-¿Has tejido tu las bufandas?
Los niños y niñas no paraban de hacer preguntas, y la señora contestó: Si yo tejí las bufandas. Cogí la lana prestada porque tenía que ser así para darles magia. Esas bufandas os protegerán siempre en invierno, y vuestras Navidades serán las mas bonitas durante toda vuestra vida.
Paula se acercó un poco mas a la señora y le preguntó: Pero en la nota que escribiste ponía que te dimos cariño y amor ¿ como puede ser eso si no te hemos visto nunca?
Sí me habéis visto. El invierno pasado vestí a mis hijos con las ropas que dejasteis en la cueva del Sol, y los alimenté con las frutas que había. Quise conoceros y me disfracé de mendigo, me ayudasteis contándome vuestras historias, y acompañándome...los niños y niñas jugasteis conmigo ¿Lo recordáis ahora?
Claro que lo recordaban. Eso es algo que solían hacer siempre con los mendigos.... ¡Qué sorpresa!
-Yo quiero que sigas regalando cuentos-. Dijo Paula
Traeré cuentos siempre que queráis porque me habéis hecho feliz con vuestra bondad... Ser bueno siempre tiene su recompensa.
La señora se dio la vuelta y se marchó. Paula no olvidó jamás a la señora, además tenía muchos, muchos cuentos de ella.
El pueblo hizo una estatua a la señora para no olvidarse nunca de ser bondadosos, y seguir ayudando a los mas necesitados.
Y colorín colorado.....este cuento se ha acabado
*Cuchu*