Magazine

"EL LARGO ADIÓS". Excelente despedida al Marlowe de Chandler mientras espero al de Benjamin Black

Publicado el 29 septiembre 2014 por Juancarlos53

Como dije hace casi un mes en la entrada que dediqué a la novela negra ("A la búsqueda de Philip Marlowe mientras espero a la rubia de los ojos negros") me he puesto a leer y releer títulos de Raymond Chandler a fin de poder comparar debidamente el Marlowe original del resucitado por el heterónimo de John Balville, Benjamin Black. De los tres títulos que allí citaba -"El sueño eterno", "La dama del lago" y "El largo adiós"- sólo me quedaba por leer el nombrado en último lugar. A él, pues, va dedicado fundamentalmente este post.

La sociedad norteamericana de 1953.
Si la serie del detective Philip Marlowe se inauguraba en 1939 con " El sueño eterno", la novela que acabo de finalizar llegó a las librerías en 1953, justo diez años después de " La dama del lago". El hombre de 42 años que la protagoniza es un individuo más nihilista que el de las anteriores, que profundiza más en la sociedad norteamericana del momento que ha entronizado a la televisión como tótem de los hogares y que está sumida ya por completo en el consumismo:

"Durante la noche oigo gemidos y voy a ver qué pasa. [...] Si uno tiene un poco de sentido común, lo que debe hacer es cerrar la ventana y subir el volumen del televisor, o apretar el acelerador y alejarse. Permanecer fuera de las dificultades y líos de otra gente. Porque todo lo que uno puede sacar es ensuciarse" (pág 312), resume Marlowe para Bernie Ohls, el único policía con el que mantiene una cierta amistad.
"En nuestra época hemos presenciado una declinación tremenda en la moral pública y privada. No se puede esperar calidad de la gente cuya vida está sujeta a una falta de calidad. No se puede tener calidad con una producción en masa. No se quiere la calidad porque dura demasiado. De modo que se la sustituye por la moda, que no es más que una estafa comercial destinada a hacer que las cosas caigan en desuso." (pág. 260), le dice Harlan Potter, el padre de la primera víctima del relato, a Marlowe; palabras que hace suyas el detective.

Esta sociedad norteamericana de 1953 camina derecha hacia un mundo cada vez más tecnificado en el que los objetos tienen un potencial esclavizador que hoy día todos podemos certificar y que se ha ido construyendo a lo largo de estos últimos 60 años. En ese año son el coche y el teléfono los dos artilugios que más atraen a Marlowe aunque al tiempo también los odia un poco:

"Hay algo de compulsivo en un teléfono. El hombre desprejuiciado de nuestra época lo quiere, lo detesta y le tiene miedo. Pero siempre lo trata con respeto, aun cuando esté borracho. El teléfono es un fetiche." (pág. 223), reflexiona el detective.

En cuanto a los coches " El largo adiós" se abre con un Rolls Royce Silver Wraith que sobrepasa en el imaginario marloweiano a toda belleza conocida, incluida la femenina, naturalmente:

"El tono rojo profundo de su cabello era encantador; asomaba a sus labios una lejana sonrisa y sobre los hombros llevaba un visón azul que casi lograba que el Rolls Royce pareciera un auto cualquiera. Pero no lo conseguía enteramente; nada hay que pueda lograrlo." (pág. 1)

Evidentemente el "huelebraguetas" (así le califican los policías en " El sueño eterno", algo que molesta mucho al detective) deberá contentarse con un "utilitario" de la época, un Oldsmobile, vehículo lanzado en los 50 para cubrir las necesidades de un sector social sin suficiente dinero.
Junto a estos dos, muchos otros modelos circulan por el relato, como por ejemplo el Cadillac del potentado Harlan Potter conducido por Amos, el culto chófer de color; o el deportivo Jowett Jupiter de Sylvia Lennox del que Marlowe no puede por menos que decir:

"Me llevó en un Jowett Jupiter de capota bastante precaria, bajo la cual sólo había el lugar justo para nosotros dos. El tapizado era de cuero de color claro, y los accesorios parecían de plata. No soy muy exigente con respecto a los autos, pero al ver aquel maldito coche se me hizo un poquito agua la boca." (p. 18)

En esencia las características del personaje quedaron fijadas ya desde la primera novela de la serie:

  1. Marlowe no miente a la policía, todo lo más aplaza el contacto con ella o calla alguna información. Es un hombre íntegro al que la policía le tiene ganas por el fuerte contraste que representa respecto a ellos.
  2. Marlowe bebe bebidas fuertes de manera habitual. En "El largo adiós" toda la narración gira en torno a unos gimlets que Marlowe y otros personajes toman en el "Victor's bar" como homenaje al desaparecido Terry Lennox.
  3. A Marlowe le gusta mucho las mujeres.
  4. A Marlowe le gustan los modelos de coches de alta gama.
  5. Marlowe envidia a los ricos en cuyos aledaños se encuentra y a quienes necesita para sobrevivir ....etc., etc.

En esta narración aparecen varias descripciones del personaje. Unas son policiales:

"Cabello castaño oscuro, algunas canas. Ojos castaños. Altura, un metro ochenta y cinco. Peso, alrededor de ochenta y seis kilos. Nombre, Philip Marlowe. Ocupación, detective privado." (pág. 52)

y otras las hace el propio investigador de sí mismo:

"Soy detective privado y tengo mi licencia desde hace bastante tiempo. Soy un tipo solitario, no estoy casado, estoy entrando en la edad madura y no soy rico. He estado en la cárcel más de una vez y no me ocupo de divorcios. Me gusta la bebida, las mujeres, el ajedrez y algunas otras cosas. No soy muy del agrado de los polizontes, pero conozco un par de ellos con los que me llevo bien. Soy hijo natural, mis padres han muerto, no tengo hermanos ni hermanas, y si alguna vez llegan a dejarme tieso en una callejuela oscura, como puede pasarle a cualquiera en mi trabajo, y en estos días que corren a mucha otra gente que se ocupa de cualquier cosa o de ninguna, nadie, ni hombre ni mujer, sentirá que ha desaparecido el motivo y fundamento de su vida." (pág. 102).
"Revolví el café y lo tapé. Marqué tres minutos en el reloj. Este Marlowe es un muchacho muy metódico. Nada debe interferir en su técnica de preparar café." (p. 28)

Características de la narración chandleriana.
Si bien el personaje ha evolucionado un tanto desde ese joven de 33 años de " El sueño eterno" a éste ya maduro de 42, las características esenciales del género permanecen inalterables en todas las novelas de la serie:

"El bar se estaba llenando. Una pareja de semivírgenes aerodinámicas pasó gorjeando y balanceándose." (p. 107)
"Tenía esa mirada sutil e intensa que a veces evidencia neurosis, a veces ansiedad sexual y otras es simplemente el resultado de una dieta drástica." (p. 178), dice Marlowe de Linda Loring.
"Era más bien alta, pero no un poste de telégrafos" en "El sueño eterno";
O en la última, "se sentó cerca del portafolio en el extremo de una mesa de roble destartalada que parecía sacada del Arca. Noé la debió haber comprado de segunda mano.". Y allí mismo, "Yo pertenecía al ambiente de Idle Valley como una cabeza de cebolla a un banana split."
"Un trabajo hermosamente realizado. Acabas de afeitarte, te despojas de la ropa para darte una ducha, te apoyas en la cortina para regular la temperatura del agua, una puerta se abre tras de ti y alguien entra. Ese alguien parece que debe de haber sido una mujer. Lleva una pistola en la mano. Te vuelves, ves la pistola y en ese preciso momento suena el disparo.", se lee en "La dama del lago"
"Idle Valley era un lugar perfecto para vivir. Gente simpática con lindas casas, lindos autos, lindos perros, posiblemente hasta lindos niños. Pero lo que deseaba un hombre llamado Marlowe era irse de allí. Y rápido.", aparece en "El largo adiós"
"-Soy mona, ¿verdad?-Monísima, como un filipino en noche de sábado" (en "El sueño...")
" -¿Has visto muchos de estos casos por aquí?- preguntó irónicamente el médico. -Hasta ahora, aquí sólo hemos tenido asesinatos honestos, como Dios manda- dijo Patton (...)" (en "La dama...")
Como ejemplos de descripción con toque de humor valen éstas de "El largo adiós":
"Por sus ojos se podía ver que le habían hecho cirugía estética hasta la raiz de los cabellos"
"Tenía zapatos negros, de tipo mocasín con dos cordones, que son casi tan confortables como las sandalias pero que no arruinan los calcetines cada vez que uno camina una calle con ellos." (p. 82)


Otros elementos de interés en "El largo adiós"
De la serie Marlowe, la novela de 1953 es considerada la mejor. Sin lugar a dudas lo es pues, aparte de lo ya señalado hasta aquí, hay que resaltar muchos otros elementos de interés:

A.-) Importante repaso crítico al american way of life:

  • consumismo desaforado
  • cultura alcohólica y tabáquica
  • sociedad motorizada
  • corrupción policial en connivencia con importantes grupos de delincuentes
  • el sistema democrático:
·Vivimos en lo que se llama una democracia, gobernada por la mayoría del pueblo. Un ideal magnífico si es que pudiera funcionar." (p. 259)
  • fractura social en dos grupos muy diferenciados: los ricos riquísimos y una extensa clase media que tira hacia la baja aunque le hagan creer a través de la publicidad que puede optar a la exclusividad de la alta.
  • el poder de la prensa en manos de grupos de presión que todo lo reducen a hacer dinero aunque ello les lleve al amarillismo:
- Para mí, personalmente, el asunto no tiene el menor interés, pero para Springer ofrecería un campo enorme. Tiene de todo: Sexo, escándalo, dinero, esposa hermosa e infiel, esposo herido y héroe de guerra -supongo que de ahí sacó las cicatrices-. ¡Demonios! Ocuparía la primera plana durante semanas. (p. 72)
    La medicina en almoneda, con especial atención crítica hacia los médicos dentistas:
"Ni demasiado hábiles, ni demasiado limpios, tres dólares y pague a la enfermera, por favor; hombres cansados, desalentados, que saben exactamente dónde están parados, qué clase de pacientes pueden conseguir y cuánto dinero se les puede exprimir en la consulta. Por favor, no pida crédito. El doctor está adentro. El doctor salió. Usted tiene un molar bastante flojo, señora Kazinsky. Si usted quiere esta nueva emplomadura acrílica, tan buena como la incrustación de oro, se la puedo hacer por catorce dólares. Si usamos novocaína, son dos dólares extra. El doctor está adentro. El doctor salió. Son tres dólares. Por favor, pague a la enfermera." (p. 142)
    Una sociedad supererotizada:
"De vez en cuando, un hombre y una mujer pueden encontrarse y conversar sin ir a parar al dormitorio, en este país de conciencia sexual demasiado desarrollada." (p. 180)
    Citaciones. Los poemas de T S Eliot, las alusiones a algunas tragedias de Shakespeare, la música de Toscanini o de Katchaturian se cuelan en el relato con una naturalidad que choca con las expectativas habituales en el género. Así, por ejemplo, en lo que debiera ser una tensa conversación entre el poderoso Harlan Potter y el pobre investigador privado se alude a Gustave Flaubert en estos términos:
"- ¡Ajá! -dijo Wade, sentándose-. Así que usted leyó a Flaubert; eso lo convierte en intelectual, en crítico, en conocedor de la literatura mundial." [p. 194]
-"No me importa estar enamorado de mí mismo, y para mí ya no existe nadie más de quien pueda enamorarme. Firmado: Roger (F. Scott Fitzgerald) Wade. P.D. Por eso nunca terminé The Last Tycoon". (p. 119)
o de John Cheever: A la izquierda había una piscina de natación vacía, (p. 131)
    Parodia. Sin ser novedad en este relato (ya aparece en los otros dos que he nombrado) Chandler gusta de romper las expectativas del lector sorprendiéndole en su propio campo y dejándole ver que lo que está leyendo no es una novela policíaca al uso sino una renovación del género. Por eso en los momentos habituales de estos relatos como el interrogatorio policial rompe el 'encantamiento del archisabido momento mediante esta reflexión en alta voz:
- Aquí es donde yo digo: "¿Pero a qué viene todo esto?", y usted responde: "Las preguntas las hacemos nosotros ." ("El sueño eterno" p. 41).
"Su mano derecha salió del bolsillo empuñando una automática que apuntó hacia

mí.Sonreí. Tal vez no fue la sonrisa más amplia y sincera del mundo, pero de todas maneras era una sonrisa.-Nunca me han gustado estas escenas -dije-. El detective frente al asesino. El asesino saca una pistola y apunta con ella al detective. El asesino cuenta toda la triste historia, con el propósito de matarle al llegar al final. Eso le hace perder un tiempo precioso, y sl final el asesino no mata al detective, nunca consigue hacerlo. Siempre sucede algo que se lo impide. A los dioses tampoco les gustan esas escenas. Siempre se las arreglan para echarlas a perder." ("La dama del lago", pág. 223)

Volver a la Portada de Logo Paperblog