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Película poco convencional, de atmósfera sobria y adusta, que va de menos a más progresivamente y cuenta un relato setentero de gángsteres en Londres centrándose en un personaje que borda Bob Hoskins (hace pensar en lo bien que podría haber interpretado a Al Capone) bien acompañado por Helen Mirren. Una película poco conocida que merece la pena ver aunque cueste un poquito entrar en ella.