Revista Cultura y Ocio

El lector

Por Mientrasleo @MientrasleoS

El lector
     No se como habrá sido vuestra vida lectora, pero si ayer os pedía recomendaciones de cinco estrellas es porque la mía ha evolucionado de una forma más o menos habitual o lo que a mi me parece habitual.
     Comencé leyendo un poco como todo el mundo; me regalan un libro, lo leo... me aficiono, pido más, compro... y así hasta el día de hoy. Buen resumen: conciso. Pero hay más.
Resulta que cuando uno empieza a leer lo hace con Julio Verne y llega y lo comenta al grupo de amigos que oye, conocen al autor e incluso surgen pequeñas tertulias. Pasada esa etapa llegan los BestSeller que van cayendo irremediablemente uno tras otro, y si por algo se llaman así es porque es relativamente fácil que alguien te diga: "lo he leído, qué bueno es". Y empiezas a pensar que es algo habitual leer y hablar de libros. Y de camino sigues leyendo y un día te tropiezas con Steinbeck, y te apasiona. No como lo haría Dan Brown, no, sino de una forma distinta. No busca engancharte a una historia sino a un modo de escribir. Lo paladeas y descubres que quieres más. Y empiezas con Steinbeck y sigues con rusos, alemanes... nombres que sonaban en la literatura pero que no habías descubierto y empieza una fase literaria en la que ya no puedes comentar tanto, el grupo se va reduciendo drásticamente. Seamos serios, es más fácil hablar de Millenium que de El idiota. Al menos en público...
     Aún no lo sabes, pero ya has recorrido un curioso camino que termina llevándote a Pynchon, Bolaño, Franzen, Murakami... y donde antes decían "lo he leído" ahora te miran extrañados por hablar de títulos que no les suenan (aquí daré las gracias a Murakami, al menos su nombre si le suena a todo el mundo). Y no sólo eso, sino que encima ya no te gusta tanto ese libro del top diez o del top cinco. Cuidado, empieza a ser grave la cosa. Y ya si has leído las sombras y no te han gustado... lamento decirte entonces, amigo lector, que posiblemente sufras un caso terminal de placer literario. Miras las listas de nominados, buscas el Nobel en lugar del libro de Jorge Javier y te quedas callado en las mismas conversaciones que antes te gustaban, sólo que ahora eres el único callado y el único que habla cuando comenta su lectura. No significa esto que tengas mejor gusto, ni que esos autores alabados por la crítica especializada y todos esos denominados genios literarios te agraden. No, eso sería incluso fácil. Has desarrollado un gusto que se va afinando cada vez más y que incluye nombres dispares, géneros dispares y un criterio propio que los ordena de una forma tan metódica como caótica parece tu biblioteca.
     Ahora descubres, catalogas, incluso te interesan sus vidas y te planteas leer sus biografías. Sabes si hay archivos de Bolaño que verán la luz, o si se reeditará tal o cual edición. Amigo lector... ahora sabes demasiado. Te enteraste de que hubo un escritor que gustaba escribir desnudo y otro lo hacía siempre a lápiz (por supuesto siempre el mismo tipo de lápiz) y te regodeas en las anécdotas, saberlas, compartirlas, contarlas... Descubres que hay clásicos de los que se habla sin haberlos leído y autores que parece que con pronunciarlos la gente se ve en un status literario superior, pero a estas alturas eso te da igual. A estas alturas tienes una lista de libros pendientes que miras a ratos, porque siempre tropiezas en el camino con una obra interesante que te apetece colar. Ya no ves CSI, es más, ni siquiera te preocupa, como tampoco lo hace alternar a King, o  Clancy con Marías y Bukowski del que, por cierto, sabes poner su apellido sin una falta. Ahora, lector, sabes que un Asteroide pasa por títulos interesantes, que Periférica no es un barrio de tu ciudad, que hay una colección literaria que identificas con un pulpo que no se sirve en plato y que Impedimenta no es un inconveniente, sino una editorial. A estas alturas sabes que hay un Premio Planeta, un Herralde y que Primavera no es sólo una estación.
     A estas alturas,  mi querido lector, cuando te miras al espejo sigues siendo el mismo: pero si te fijas bien verás que en el fondo... muy en el fondo... eres de los míos.
     Y vosotros, ¿ya leéis libros que la gente no conoce? Y Sexto Piso... ¿ya habéis descubierto que es más que una dirección?
     Gracias
     PD. Cuando hablamos de gustos literarios no hablamos de libros buenos o malos, el gusto se afina, se desarrolla, dicen que incluso se educa. No sé hasta qué punto es así, lo que tengo muy claro es que es algo personal y, por mucho que a veces nos empeñemos, intransferible. Leemos porque disfrutamos.

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Dossiers Paperblog