Revista Cine
El lector es otro de esos títulos que tenía en la estantería desde hace siglos sin leer, y que rescaté por el reto de Serendipia Recomienda (¡este año lo cumplo!), al tratarse de una recomendación de Clara Rivas, de Cabalgando entre libros.
Me considero afortunada porque, pese a su fama, su adaptación al cine y la exhaustiva sinopsis que brinda Anagrama, abordé la historia sabiendo lo justo, y ese detalle te permite apreciar uno de los rasgos que más me gustan de Schlink: el de comenzar a leer una historia cuyo desarrollo te lleva por senderos inesperados. Y por eso mismo, si es que queda alguien que haya leído este título, voy a contar lo menos posible para que también podáis disfrutarla de la misma forma en que lo he hecho yo.
Conocemos a Michael Berg, un muchacho de quince años que un día, volviendo a casa desde el colegio, se encuentra mal y comienza a vomitar. Una mujer acude en su ayuda y lo acompaña a casa. Michael se lo cuenta a su madre, y cuando se recupera, esta insiste en que regrese a casa de la mujer que la ayudó para llevarle unas flores y darle las gracias. Es así como conocemos a Hanna, de treinta y seis años, iniciándose entre ambos una relación apasionada y obsesiva por parte del joven, que adoptará la costumbre (a petición de Hanna) de leerle fragmentos de libros de Goethe, Dickens etc. Y hasta aquí voy a contar.
El libro se divide en tres partes. La primera desarrolla la relación que se inicia entre los protagonistas. La segunda nos traslada a la vida de Michael siete años después, cuando estudia Derecho y descubre aspectos sobre la vida de Hanna que desconocía por completo y que lo desestabiliza (aún más) al tratar de buscar una explicación a lo sucedido. Aquí es donde se produce uno de esos giros en la historia que nos lleva mucho más allá de lo que parecía una novela sobre una relación algo tormentosa. La tercera y última parte nos presenta a un Michael ya maduro.
He encontrado similitudes entre El lector y "Mujer bajando una escalera": la división que os comentaba en tres partes, con el factor de lo inesperado; un personaje femenino en torno al cual gira la historia, complejo y lleno de matices (y sobre el que no tengo claro lo que pienso al finalizar la lectura); una historia que habla de amor, comprensión, culpabilidad (directa e indirecta), y la crueldad en el ser humano.
Sin embargo, y como me sucediera también en mi anterior lectura de Schlink, hay aspectos que no me han convencido, principalmente la voz del narrador, Michael. Pasan los años y la voz no cambia, no he distinguido entre el joven y el adulto y me ha resultado demasiado tibio en algunos momentos.
Este título, no obstante, me ha gustado más, porque, entre otras cosas, El lector no cuenta con la "pincelada Murakami" que encontré al final de la historia de Mujer bajando una escalera. En definitiva, es una lectura muy recomendable.
Off Topic: me tomo unos días de vacaciones, nos leemos a la vuelta de las fiestas.