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El legado de Kafka

Publicado el 19 julio 2010 por Joaquín Armada @Hipoenlacuerda
El legado de Kafka

El legado de Kafka

Leemos a Kafka gracias a una traición. Para eso están los amigos: para llevarnos la contraria, vivos o muertos. Sin Max Brod, nunca habríamos conocido “El castillo” o “El proceso”. Antes de morir, Kafka le pidió a su mejor amigo que quemase sus manuscritos inacabados pero Brod no lo hizo.

Cuando los nazis invadieron Checoslovaquía, Brod huyó de Praga con una maleta kafkiana. Nadie se fijó en él o en su maleta durante años. En 1968, Brod falleció y legó la maleta a su secretaria y amante Esther Hoffe. El vínculo de la amistad se rompió y Hoffe comenzó una subasta al mejor postor.

Lo que Hoffe no vendió se guardaba en 4 cajas fuertes de un banco de Zurich. Hasta hoy. Esta mañana las cuatro cajas se han abierto después de que la Justicia israelí ordenase un inventario del legado, un tesoro literario del que el Estado de Israel se considera legítimo heredero.

En las cuatro cajas fuertes se encierran miles de palabras escondidas en relatos, cartas de amor y, quién sabe, quizá una nueva novela. En esos textos inéditos caben todas las palabras del alemán en el que escribió Kafka. Todas excepto una: kafkiana, auténtico legado de este escritor único.

19/7/10


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