El legislador cazado

Llevamos unos días en los que la crónica política parece más bien la crónica negra y la crónica rosa juntas. El asunto del eurodiputado López Aguilar y su ex-mujer está dando tanto que hablar que es un asunto que se podría tocar desde todos esos frentes. Es curioso que el legislador de una ley de la que hemos hablado cientos de veces por su injusticia se vea ahora salpicado por ella. Es digno de estudio que quien alentó y aplaudió la discriminación positiva; que quien alentó y aplaudió las posibles injusticias que algunos pudieran sufrir en función de los beneficios que pudieran ocasionar a otras, ahora se vea machacado por su propia ley. Claro que machacado hasta cierto punto, volvemos otra vez a la eterna historia de los aforados, él no ha tenido que pasar una o dos noches en un calabozo sin mediar palabra, su caso lo va a revisar el Tribunal Supremo y eso le garantiza una justicia que los afectados de a pie no tienen.

Ahora dice el ex-ministro que se está cometiendo una injusticia con él y que siente una gran indefensión. Pues querido Juan Fernando, hablando en plata: te jodes. Siento ser tan explicitó con el término, pero es que no tengo más remedio, este es uno de los casos en los que por fin podemos ver en vivo y en directo al cazador cazado. Este es uno de los pocos casos en los que, algunos que hemos tenido amigos íntimos afectados por esta ley y hemos podido comprobar su sufrimiento, podemos tener una especie de venganza fría.

Está sufriendo López Aguilar, y eso se nota, y está sufriendo a pesar de no haber tenido que dar con sus huesos en un calabozo e ir con las manos esposadas por la calle y aunque ese sufrimiento sea menor al que él ha ocasionado yo me doy por satisfecho.

Ahora que vamos conociendo un poco más al protagonista parece que en 2004, cuando legisló de esa forma estaba pensando en personas como él mismo de las que, gracias a Dios, hay muy pocas. Yo no entro en que él sea culpable o inocente, no tengo ni idea, los únicos que lo saben son él y su ex-mujer, pero hay una frase de ella que es bastante llamativa: “Es un pobre atormentado, me causa compasión”.

A mi me parece que no puede haber una frase más dura que esa, creo que es una de las peores frases que a un hombre o mujer le puede dedicar su ex-pareja; es mucho peor recibir una andanada así que el peor de los insultos, por lo menos para mi lo sería. Estamos últimamente dándole vueltas a los estudios psicológicos de las personas que realicen ciertos tipos de trabajos debido a la tragedia del avión de Germanwings, este podría ser otro empleo para el que se debería hacer un estudio psicológico, para el de ministro. Si la ex-mujer de López Aguilar tiene razón, en España ha habido un ministro de Justicia que era un pobre atormentando y que incluso a su mujer le causaba compasión, que perfil más apropiado, ¿no?