LA ESCALERA DE UN GALLINERO

Carlos Albert guarda en su memoria muchos datos, reportajes, casos, y es capaz de ilustrarnos con unas buenas dosis de lo que hoy se denomina autoficción, aunque el autor alicantino ha sabido darle a todo la pátina de la literaturización, y los lectores aceptamos este juego porque al final está la recompensa de los casos conocidos en los que el periodista participó, y que constituyen la memoria viva de los últimos cuarenta años de nuestra historia.
Los ejecutados postreros del franquismo, el asesinato del Nani, la muerte de los marqueses de Urquijo, la corrupción policial, las manipulaciones de algunos medios, las sombras del poder, sus cloacas… De todo ello fueron partícipes Mariano y Carlos, tómenlo como quieran, y por eso estas páginas tienen un valor doble, porque en ellas, además de lo literario, hay unos cuantos pedazos de nuestra sociedad.

Esa imbricación de lo real y lo ficticio, como ya se ha dicho, sustenta el libro, pero también es el pasaporte necesario para pasarle revista a otros temas que tienen mucho que ver con la crítica social, imprescindible en el género, no nos cansaremos de recordarlo. Amén de esas corruptelas, Mariano Sánchez Soler también nos habla de la muerte de los que nos rodean, la familia, la soledad que genera el inclemente paso del tiempo, que hace tan corto ese palo del gallinero al que llamamos vida.
‘El leñador.
Mariano Sánchez Soler
Alrevés Editorial. Barcelona 2024.
226 páginas.
