Revista Cultura y Ocio
1.1.- Introducción
Antes de empezar a estudiar el lenguaje musical, debemos tomar conciencia de algunas cuestiones que seguramente conocemos, aunque sin ser conscientes de ellas. La música utiliza sonidos. Y los sonidos tienen las siguientes características:
o Altura: los sonidos pueden ser agudos o graves; agudos como la voz de un niño o de una mujer, y graves como la voz de un hombre. Técnicamente, la altura es el número de vibraciones por segundo, pues según el número suena un sonido u otro. Esas vibraciones se miden en Hertzios (Hz). Antes de empezar un concierto de música clásica podemos observar que uno de los músicos toca una nota precisa, con un número determinado de vibraciones, y que es la referencia para que cuando todos ellos tocan un sonido determinado suene exactamente igual en todos los instrumentos. Esa nota de referencia es el LA, afinado a 440Hz por segundo.
o Duración: un sonido puede durar un segundo o cinco, diez, sesenta, etc. Podemos entenderlo mejor si decimos la vocal “a” tres segundos y luego si la mantenemos durante diez segundos. Después podemos intentar hacer este ejercicio entonando “la”.
o Intensidad: los sonidos pueden sonar muy fuerte o muy suave, y también todas las posibilidades entre estos dos extremos. Podemos intentar hacer el mismo ejercicio de antes cantando muy fuerte, como si quisiéramos que nos oyeran en otra habitación; y luego cantando lo más suave posible.
o Timbre: los sonidos suenan diferente según qué o quién los emita. Es exactamente lo mismo que pasa con las voces de las personas
Con estas cuatro características del sonido se pueden hacer miles de combinaciones que convierten un conjunto de sonidos en melodías, canciones, composiciones y obras maestras. El lenguaje musical estudia todo lo relacionado con estas características. El reto de la escritura musical es intentar reflejar cada detalle de la altura, la duración, de la intensidad o del timbre de un sonido. Para ello, se ha ido desarrollando y perfeccionando a lo largo de los siglos un conjunto de signos que permite representar todas las particularidades del sonido y de la música, e incluso el carácter y los sentimientos que han inspirado a los compositores. La cantidad y variedad de signos que se utiliza en la música es inmensa.