SIMBOLOGÍA ZOOMÓRFICA.
( IV.4). EL LEÓN.
Es una de las simbologías más complejas del arte románico.

Son un verdadero símbolo de lo sagrado y como tal los encontramos a menudo apostados a la entrada del lugar sagrado, menos para impedirla que para evitar al profano aventurarse en el interior y atraerse el enojo divino; es pues, ante todo, un signo de advertencia, indicador entre dos dominios heterogéneos, el profano y el sagrado.

El león es un animal que devora pero al que se atribuye la cualidad de regenerar al hombre, capacitándolo para una nueva vida porque confiere a su víctima algo de su propia potencia vital, realizando en ella una verdadera metamorfosis, por eso es símbolo de Resurrección.

En otras ocasiones, simboliza la victoria del siervo de Dios sobre el mal. Cuando Sansón triunfa sobre el león y le desgarra las mandíbulas, se aparta de él creyéndolo muerto; días después al volver junto al cadáver, encuentra un enjambre de abejas y miel que simboliza a Cristo, león al que la humanidad destroza y del que se extrae alimento suave y sustancioso.
La idea de Sol-resurrección, la de Sol-león y la de León-genio de la muerte, es el origen del símbolo elegido por el Phisiologus para representar la Resurrección de Cristo: un leoncillo nacido-muerto es resucitado al tercer día gracias al soplo de su padre.
En sus dos vertientes de animal al que hay que vencer por representar los instintos más íntimos y nefastos como son el orgullo y/o la superioridad intelectual; y también el león como símbolo del animal iniciador cuya fagocitosis supone al hombre nacer a una nueva vida (leones andrófagos), es el animal crístico, el cuidador de los lugares sagrados, el impartidor de justicia como asiento de reyes y del mismo Cristo. Es el símbolo de una polisemia riquísima, siendo de los más utilizados y extendidos (SAN MARTÍN DE ELINES, Cantabria). La lucha de Sansón con el león, representa la Fortaleza, el vencimiento de las pasiones y la superación de las contingencias (Iglesia de SAN LORENZO de Vallejo de Mena). Si se representa a Sansón o a un hombre cabalgando al león, es símbolo de dominio y superación sobre las pasiones porque ha llegado al equilibrio liberatorio. (Iglesia de REBOLLEDO DE LA TORRE, Burgos).

Si de por sí el León es un símbolo dual (los cuartos traseros se relacionan con el cielo y las partes posteriores con la tierra, semejante a los grifos), el león alado acentúa esa dualidad. Es emblema crístico en cuanto participa y manifiesta la doble naturaleza de Cristo, y por extensión, la del hombre mismo. El simbolismo del león alado, que es una sublimación de la lucha del águila con el león; “El misterio del hombre, de un cuerpo unido a un alma – supravalorado en el cristianismo por el de la encarnación del hijo de Dios en una auténtica humanidad- es uno de esos misterios de la vida”. El león asociado al águila es el mismo hombre, el espejo en que se mira. Por eso, la simetría de dos leones alados, pueden simbolizar al hombre dual que se mira en su modelo por excelencia, Cristo, que mostrando su doble naturaleza, divina y humana, anuncia la promesa de la Resurrección.
Otras veces, los leones en el románico estarán desprovistos de una simbología precisa de carácter eucarístico-religioso para acomodarse a la prístina función de transmitir y reconocer la esencialidad del mito, tal y como ocurre en el templo románico de SAN MARTÍN DE FRÓMISTA que estamos seguros os sorprenderá: La cibeles románica y sus leones.

Sección para "Curiosón" del grupo "Salud y Románico".