Revista Cultura y Ocio

El libre albedrío

Publicado el 27 junio 2015 por Wig
EL LIBRE ALBEDRÍOPara muchos el libre albedrío no existe nada más que en la literatura y el arte cualquiera. Como la justicia poética. Creen que estamos determinados por todo lo que nos rodea, y lo que no nos rodea, lo que está dentro de nosotros, y por lo que no existe o creemos. Somos cual mecanismos autómatas que no parecen autómatas. Pero tardaremos muchos siglos en poder construir un robot que simule siquiera nuestras emociones con algo más de gracia que un conejo. Todo está determinado por factores que no se pueden determinar, pero aún así, muchos creen que estamos determinados -en este post voy a machacar en torno al término "determinar", disculpen por ello-. Hacemos las cosas como nos determinan que las hagamos. Nuestro cerebro no es más que un contraste químico que surgió de alguna combinación Natural o Divina. Algunos creen en Adán y Eva, y otros no. Pero en todo caso, sería lujurioso para muchos religiosos pensar que tenemos libre albedrío. Si hubiera vivido tan sólo hace cuatro siglos, me hubieran devorados en las llamas al grito de hereje y satánico. A no ser que fuera noble de cuna. Entonces, podrían hipócritamente comulgarme bajo fianza de una bula pontífica. O excumulgarme para estorcinarme después por una gran suma de óbolos de plata ¿Es determinante, y no me referio al artículo definido o indefinido, conocer y saber el determinismo que nos rodea para tener algo de paz o es mejor hacerse el sueco por una pizca de mentirosa felicidad? Lo segundo es más lógico pues. El determinismo es dudoso en sí mismo. El libre albedrío sólo se refiere al desconocimiento de ese determinismo. ¿Si no conocemos la fuente que nos determina, tenemos libre albedrío? Esto parece un soliloquio malo de teatro, perdónenme (nuevamente) por la comparación. Es simple fruslería. Ya saben, un simple acto de determinación cínica determinada.

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Revista