Este trabajo tiene como tema El Libro de Alexandre. Además de un recorrido por la obra y por el ambiente cultural del siglo XIII, se intentan descubrir en él las probables relaciones del poema con el Studium generalede Palencia. También se reflexiona acerca de su posible autor, llegando a conclusiones argumentadas de que éste podría haber sido un palentino de Naveros de Pisuerga.
EXTRACTO DEL TRABAJO EN EL INGRESO COMO ACADÉMICA DE NUESTRA COLABORADORA.
This work has as theme El Libro de Alexandre. In addition to a tour of the work and the cultural environment of the thirteenth century, we try to discover in it the probable relations of the poem with the Studium Generalede Palencia. We also reflects on its possible author, reaching argued conclusions that this could have been a Palentinian of Naveros de Pisuerga. KEYWORDS: El Libro de Alexandre, University of Palencia.
EL LIBRO DE ALEXANDRE AND THE UNIVERSITY OF PALENCIA ABSTRACT
Beatriz Quintana Jato | Doctora en Filología Hispánica
En el siglo XIII surge el llamado Mester de Clerecía, al que pertenece El Libro de Alexandre.
La palabra CLERECÍA aparece por primera vez al principio de esta obra:
“Mester traygo fermoso, non es de juglaría, mester es sen pecado, ca es de clerecía.”
También la métrica distingue al nuevo mester: frente a la irregularidad de las obras épicas oponen una regularidad escrupulosa, adoptando desde el primer momento la estrofa llamada “cuaderna vía”:
“Fablar curso rimado por la cuaderna via a sílabas cuntadas, ca es grant maestría”.
El Libro de Alexandre es una obra extensa –más de 10.000 versos en 2.511 estrofas-, y sin duda, la obra de más categoría y envergadura entre las del siglo XIII, y un alarde de la instrucción verdaderamente enciclopédica de su autor. La vida de Alejandro Magno constituye el relato fundamental, la materia básica del libro, y la narración se interrumpe para intercalar episodios variados, como la guerra de Troya, la bajada a los infiernos, la construcción de una caja sumergible de cristal “por saber qué facíen los pescados”, el viaje por el aire llevado por unos grifos “por veyer el mundo, cómmo yazíe o quál era”, o cuando cruza el Océano para saber “el sol dónde naze, el Nilo ónde mana”... En los momentos que preceden a su muerte, se describe lo que fue el origen de su caída: su excesiva soberbia que le hizo aspirar a dominar no sólo a los habitantes de la tierra, sino también a poseer el aire y el mar:
Pesó al Criador que crió la natura, ovo de Alexandre saña e gran rencura. Dixo: “Este lunático non cata mesura, Yo le tornaré el gozo todo en amargura”.
Alejandro es presentado más como un caballero medieval que como un héroe de la Antigüedad: es investido caballero en una ceremonia totalmente medieval, y acumula méritos para conseguir lo que desea, igual que los caballeros medievales; la madre de Aquiles lo esconde en un convento de monjas, etc. La causa de esta medievalización obedece a un fin didáctico, ya que de esta forma, al hablarles de los hechos y lugares que les eran cercanos, la narración llegaba de forma más directa a los lectores. En cuanto a la autoría, el libro plantea numerosas incógnitas, y ha sido atribuido a Alfonso X el Sabio, a Juan Lorenzo de Astorga, y al mismo Gonzalo de Berceo, además de otras posibilidades recientemente investigadas. La primera atribución no ha vuelto a ser mencionada desde el Siglo de Oro, y las conclusiones que hoy se sacan al respecto, son que Juan Lorenzo de Astorga era un simple copista del manuscrito, y el verbo “escrevir” se usa como sinónimo de “copiar”.
La atribución a Berceo pudo deberse a algún copista, que, conocedor de la fama y de las obras del escritor riojano, desease establecer una relación en el Alexandre y él.
La investigadora Isabel Uría sostiene que El Alexandre es un libro de colaboración realizado por un equipo de expertos bajo la dirección de un maestro, y este trabajo se realizó, según sus conclusiones, en el Studium palentino durante su período de apogeo, que se extiende de 1220 a 1225.
¿Cómo pudo realizarse una obra de tal envergadura en la Castilla del siglo XIII?
El primer paso sería el acopio de fuentes sobre Alejandro y la guerra de Troya. Luego se procedería a un esquema de composición y a la selección de las fuentes que se iban a utilizar. Más tarde se haría una redacción en prosa estructurada conforme al plan proyectado, y finalmente se procedería a versificar ese largo relato en la estrofa cuaderna vía. Este proceso era tan complejo que exigía la colaboración de varios expertos y la dirección de un maestro que lo habría planificado, siendo précticamente imposible que un poeta de la primera mitad del siglo XIII pudiese realizar solo este trabajo. Según Francisco Rico, es muy probable que la mayoría de los autores del Mester de Clerecía se formasen en Palencia, no descartando al propio Berceo. Y quizá también en las aulas palentinas hubo profesores franceses que extendieron fórmulas retóricas, recursos y sistemas de composición que estaban vigentes en Francia. Por otra parte, el espíritu abierto a todas las corrientes culturales de la época que observamos en el libro, apunta al ámbito de las incipientes Universidades o Estudios Generales más que al de una comunidad monástica. El único centro escolar en la zona y la época señaladas para poder llevarlo a cabo, era la Universidad de Palencia (fundada por Alfonso VIII entre 1208 y 1214, y patrocinada por el obispo de Palencia Tello Téllez de Meneses).
La obra francesa que sirve de base al Libro de Alexandre figuraba entre las obligatorias para los estudiantes palentinos antes de 1226, según Francisco Rico. Se trataba del Alexandreis, de Gautier de Châtillon, y es muy probable que la universidad palentina desease tener su propio libro sobre Alejandro Magno, una versión más actualizada y amplia que la de Gautier.
El profesor José Hernando Pérez ha investigado a fondo el libro, llegando a la conclusión de que su autor fue Hispano Diego García, un palentino nacido en Naveros de Pisuerga, y cuya pista ha rastreado concienzudamente. Según sus conclusiones, nuestro autor fue bautizado con el nombre de Diego pero él prefirió ser llamado con el patronímico de “Español” o “Hispano” antepuesto. Tenía sangre mozárabe por parte materna, razón por la cual prefirió, sin duda, ocultar su linaje y su nombre, o desviarlo entre varias denominaciones. Tradujo a Aristóteles, a Avicena, y a otros muchos escritores, astrónomos, filósofos, médicos y juristas. Entre las obras de Aristóteles que tradujo, figura la Carta de Aristóteles a Alejandro Magno, llamada también “Secretum secretorum”, y que consiste en una serie de sabios consejos para gobernar, que estarán presentes en el Alexandre. Fue nombrado deán de la Catedral de Toledo con el nombre de Hispano, y Canciller de Castilla con el nombre de Diego García. En aquellos años tuvo lugar un suceso lamentable para él: las traducciones de los árabes habían sido malinterpretadas, así como también algunas obras de Aristóteles, llegando a producirse importantes desviaciones en la Universidad de París, ante lo cual se prohibió la lectura en sus aulas de la Física y la Metafísica de Aristóteles, traducidos al latín en gran parte por Hispano. La prohibición alcanzó también a otras traducciones del palentino, entre ellas las de filósofos árabes.
Dado que su nombre aparecía junto al de Aristóteles y Avicena, y dado que en París se produjeron persecuciones y matanzas, puede comprenderse fácilmente la tragedia de aquel hombre cuyo único delito había sido contribuir a la cultura europea, y que expuso siempre doctrinas teológicamente correctas. También es fácilmente comprensible su afán por cambiar de nombre en los textos, camuflando todo aquello que pudiera delatarlo. Por eso, a pesar de los esfuerzos de los historiadores por descubrir su verdadera personalidad, ha resultado tarea muy difícil poder identificar al mozárabe Hispano con el obispo o traductor. Al sobrevenirle este duro golpe abandonó Segorbe y la Cancillería, y fue entonces cuando escribió una obra teológica en latín titulada “Planeta”, en 1218, con el nombre de Diego de Campos, y también Diego García, e Hispano García. Este libro es un alegato de su inocencia y ortodoxia, y las semejanzas de la obra y El Libro de Alexandre son innegables, y la base fundamental de la atribución del libro a Hispano.
Parece probable que Fernando III le encargase la educación de su primogénito Alfonso (el futuro Alfonso X), que iba a cumplir siete años. Hispano pasó sus últimos años en Toledo, siendo probablemente uno de aquellos ancianos venerables encargados de la educación del príncipe (se menciona a un “Juan de Sevilla, santo varón, no presbítero sino obispo, que había sido importante traductor”). Murió en Toledo hacia1235, y desde entonces la confusión y el desconocimiento han ocultado hasta nuestros días a una personalidad tan importante. Falta, efectivamente, el descubrimiento de su firma en algún documento, algún detalle concreto e irrefutable, para que su nombre pase a los libros de literatura y ocupe el lugar que merece. Quizá entonces, Berceo deberá cederle el puesto como “primer poeta español de nombre conocido” que todos hemos estudiado, y podrá demostrarse que El Libro de Alexandre, considerado como la mejor obra del Mester de Clerecía y una de las más perfectas y universales de toda la Edad Media, fue escrito en Palencia y que su autor fue un palentino de Naveros de Pisuerga.
Interesante bibliografía en VallejaNajerilla
Sección para "Curiosón" de Beatriz Quintana Jato.