El nombre de Ariadna le gustaba mucho a su mamá desde que iba al instituto, a su papá también le gustó mucho, pero decidió que sería mejor cambiarle la última letra y llamarle ARIADNE.
Ariadne ya sabe decir muy bien su nombre, ¡aunque hay algunos de sus familares que aún no saben decirlo bien!
¡Es un nombre precioso!