“El libro de papel durará mucho, pero sólo lo producirán editoriales diminutas”, entrevista con José Noriega

José Noriega. Fotografías cedidas por el editor.

El Gato Gris es una editorial que lleva 20 años editando poesía y otros textos de una manera muy particular, mediante ejemplares hechos a mano donde integra texto e ilustraciones. Por esta particular editorial ya han pasado plumas como las de José Ángel Valente, Leopoldo María Panero o Luis Alberto Cuenca.

José Noriega, director de El Gato Gris, habló para Ruta 42 sobre su editorial y el mercado del libro en general.

¿Qué es El Gato Gris?

Una editorial muy pequeña y seguramente muy rara. Surgió por nuestra afición a los libros difíciles.

¿Cómo ha sido el avance de El Gato Gris desde su creación en 1992?

Al principio exasperante, apenas si vendíamos un veinte por ciento de lo que editábamos, editábamos para guardar los libros. Sabíamos que el tiempo corría a nuestro favor y que si resistíamos ganaríamos la difícil partida de editar en un pueblo de 150 habitantes y que nuestro producto se impusiera a nivel nacional. Aguantamos mucho, pero vimos nuestros libros en algunos de los más importantes museos del mundo, siempre puestos como ejemplo de excelencia. Este tipo de proyectos no son para grandes mercados: la poesía y la obra gráfica de calidad siempre fueron cosa de minorías.

¿Cómo es el funcionamiento para la edición de libros?

La poesía no se puede y por lo tanto no se debe ilustrar. La poesía es luz y el lustre que aportaría la ilustración sería un añadido innecesario. El Gato Gris no hace libros ilustrados por mucho que lo pueda parecer en una primera mirada. Explicaré este asunto: el ejercicio de creación es un acto de soledad (el hombre con lo suyo desnudo ante la vida en este universo que nos cobija). El Gato Gris mete en un estuche la soledad creativa del poeta y la soledad del pintor, grabador, arquitecto, músico… La información emocional y la carga conceptual del tiempo en que se produce la obra es mayor cuando se suman las soledades. El hombre dibuja solo, pero la vida de los hombres es sin lugar a dudas un hecho social.

El Gato Gris se centra en poesía pero, ¿sería posible hacer narrativa?

Sí, de hecho hemos publicado “El Atlas de las cinco Ínsulas”, que es un maravilloso relato de José Jiménez Lozano. Pero ya dije que la Editorial es muy pequeñita, y no podemos con más cosas.

¿Cómo reaccionan los autores ante este tipo de propuestas de edición?

El autor siempre prefiere las grandes tiradas y las muy pequeñas, las primeras les dan dinero y a veces prestigio; y las pequeñas, si son buenas, nunca les dan dinero pero siempre prestigio.
Se ponen nerviosos, contentos, inquietos…, saben que se trata de otra cosa. Muchos piensan que es un regalo.

¿Algún proyecto nuevo entre manos?

Está a punto de salir un trabajo “Cuatro poemas herméticos” de Francisco Acuyo, y Rubén Garzás ha hecho un retablo misterioso para la edición “¡cada soledad con lo suyo!” Y en preparación un poemario sin texto del autor de Tlalaatala, José Luis Castillejo. Uno de los grandes de la poesía experimental española (miembro del grupo Zaj) ha escrito en Houston, para “El Gato”, Kathleen.

¿Hay algún autor o artista que le gustaría que apareciese en su editorial?

No pienso dar ninguna pista.

Uno de los trabajos de El Gato Gris.

En el mercado actual literario, que no parece tener un futuro brillante, ¿cómo se ve El Gato Gris en el mismo?

El Gato Gris está a punto de jubilarse…, pero los gatos tienen siete vidas. Quizá se convierta en un editor clandestino. Sería todo un bombazo que el Gato se marchara a editar a Berlín y cuando los agentes secretos le pisaran los talones para hacerle pagar por su obstinación, apareciera en Bangkok con un libro del color del azafrán… No he hablado con el Gato de esto, pero por lo que le conozco sospecho que por ahí van los tiros. Se hará editor ambulante, delo usted por seguro.

Con el proclive de la era 2.0, ¿Cuáles son las armas específicas con las que lucha El Gato Gris?

Las armas del Gato Gris son sus uñas, tenga usted en cuenta que es una fiera.
El libro de papel durará mucho, pero sólo lo producirán editoriales diminutas. Algo parecido pasó con las mesas de comedor: el plástico, el cristal, el acero y el aluminio sacaron del comercio a las mesas de madera de nogal…, pero se siguen haciendo maravillosas mesas de nogal en pequeñas ebanisterías. Cuanto más se masifica una cosa más brillan los modelos que resisten ese ataque de los tiempos: como la mesa de nogal los libros.

¿Hay algún trabajo de edición con el que usted se sienta especialmente orgulloso?

Unos hijos son más altos que otros, unos más estudiosos que otros, unos son introvertidos y otros exuberantes, pero un padre quiere a todos por igual, son hijos suyos.

Dafne Calvo

Por afecto o por defecto, pero me encanta el periodismo. Sueño con un mundo dibujado sobre viñetas, donde esté prohibido comer palomitas en el cine.

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