Cuando hablamos de Liderazgo, rápidamente a la mayoría de las personas se le aparece la imagen de una de una persona arrastrando a las masas, a través de muy buenos y conmovedores discursos.
El Liderazgo va más allá de eso, no hace falta estar al frente de centenares de personas para liderar, porque esta hermosa forma de vivir comienza por uno mismo. Si, has leído bien, tú puedes y debes ser tu propio líder, porque si buscas alcanzar tus metas, sueños u objetivos, deberás ponerte este precioso traje.
El líder que inspira y motiva no busca como objetivo sobresalir, llevarse reconocimiento y ser admirado, lo que persigue constantemente es superar sus propios límites, miedos e inseguridades, para que a partir de allí pueda ejecutar sus actos de modo que estos ayuden e inspiren a los demás.
Un muy buen líder es aquel que lucha permanentemente en no decaer frente a los obstáculos y llevar presente en todo momento su ESENCIA. Por eso no le interesa quedar bien ante los demás y buscar el reconocimiento de ellos, ya que esto sería una excusa perfecta para que el Ego se anclara por muchísimo tiempo en su vida.
El líder que inspira y ayuda a los demás a que crezcan, busca hacer lo que cree correcto en cada momento, en base a lo que dicten sus Valores, Visión y Misión de vida. Porque esto está por encima de cualquier halago o reconocimiento, no busca gustar ni agradar, solamente se preocupa por hacer muy bien lo que cree que debe hacer en base a su autenticidad y no tiene en cuenta la popularidad…..
Los líderes que buscan ser populares y queridos, que evitan entrar en conflictos, cuyas decisiones siempre tienen como destino principal agradar y no solucionar ningún problema desde su raíz, con este proceder lo que están ocultando es una gran inseguridad y falta de claridad en sus valores.
Prefieren hacer esto antes de perder popularidad pero no se dan cuenta que esto es una auténtica trampa mortal, porque con el tiempo tarde o temprano este proceder sin bases sólidas se derrumbará y quedará totalmente al descubierto, de que en realidad no eran nada de lo que decían.
Ser buena persona-líder no significa que no se pueda ser valiente y fuerte, se puede ser muy respetuoso pero sincero a la vez, y cuando hablo de sinceridad me refiero a actuar según tus principios, valores y esencia de persona, porque cuando abandonamos esto, nos convertimos en personas con falsa identidad.
Un líder perdura en el tiempo e inspira a los demás, cuando sus hechos son más potentes que sus palabras, porque estas últimas son fáciles de aprender y decir si se les practica a diario, pero convertir esas palabras en hechos, solamente lo hacen las personas-líderes que las sienten, saben el por qué las dicen y cual es el beneficio de convertirlas en acciones.
Lo que inspira a las personas de los líderes, hace que se les siga y crean fervientemente en ellos con el paso del tiempo, es la COHERENCIA entre lo que dice y hace. Pero esto sucede cuando el líder se lidera así mismo, porque conoce sus puntos fuertes y débiles, tiene claridad en sus valores y no los abandona, aunque aparezcan sus saboteadores y el ego seduciéndoles para que lo haga.
Si quieres liderarte y ayudar a quienes te rodean a través de tus actos, haz lo que tengas que hacer, porque si actúas queriendo agradar para gozar de popularidad y de un falso afecto, entrarás en un espiral sin retorno, que te llevará a no saber quién eres y tener enormes inseguridades a la hora de tomar decisiones.
Una persona-líder que perdura e inspira, es aquella que toma decisiones y actúa en base a lo que dictan sus valores y su visión.