EL LIENZO DE LOS MALDITOS
DARÍO DÍAZ ANDREU nació en Cádiz en 1985. Desde niño utiliza el arte como medio de expresión, plasmando sus fantasías en cientos de dibujos. Pronto descubre que, aunque el lienzo y el pincel formarán siempre una parte fundamental de su creatividad, solo con palabras puede expresar todas las historias que se alojan en su cabeza. Comienza escribiendo relatos cortos con los que va perfilando, sin querer, la que es su primera novela, El lienzo de los malditos.
Un decimotercer piso y un suicidio, una carta explicativa del mismo y un chico de diecinueve años, Alan, que decide poner fin a su caótica vida con la ayuda de Jack, un joven de carácter fuerte, humor ácido y comportamiento abiertamente antisocial, compañero suyo de habitación en una institución psiquiátrica donde llevan doce años recluidos. Estos son los elementos introductorios de una deriva existencial alucinante y repleta de sobresaltos.
Walter, un inspector de policía tan experimentado en su profesión como fracasado en su vida personal, se encarga del caso del «bate de béisbol», relacionado con una serie de atroces asesinatos y con una extraña inmolación en la que solo falta el cuerpo de la víctima.
Esta es una novela un tanto extraña. No es que me haya decepcionado, pero no es lo que yo buscaba al decidir a leerla. Es una mezcla de novela policíaca y fantasía demoníaca, por decirlo de alguna manera.
El narrador es en tercera persona, pero es un caso extraño, porque esta vez es como si fuera enfocando diferentes puntos. Con esto quiero decir que no tenemos toda la información, sino que parece que estamos mirando por un telescopio que se va centrando en cada personaje.
Es un libro dividido en 4 partes, una de las cuales (la tercera) me ha sobrado completamente. Es justamente la parte que incluye la fantasía... y eso de haber mezclado novela policíaca con fantasía de este tipo no me ha pegado mucho. no ha llegado a decepcionarme, pero el comienzo del libro prometía mucho más de lo que he obtenido, y la verdad es que no me ha dejado muy buen sabor de boca.
He de decir, por otro lado, que las partes que corresponden a la investigación como tal sí que son entretenidas, crean curiosidad y quieres llegar con los detectives al final para esclarecer los asuntos. Estas partes sí consiguen meterte en la trama hasta el fondo.
En líneas generales es una novela para entretenerte. Los tintes policíacos, negros, le daban muy buen ambiente, pero en cuanto mete la irrealidad y el infierno, y los monstruos extraños es cuando pierde, a mi parecer (habrá gente que lo disfrute mucho más con este aspecto).
Poco más puedo decir de la novela, excepto que el tema de la doble personalidad está muy logrado, la ambientación es muy buena y la descripción también está conseguida.