Revista Humor

El limón te conoce

Por Pilarm
Ojo al dato, que os voy a descubrir América.
Si aguantas tranquilamente la acidez del limón sin hacer aspavientos ni parecer que te reabsorbes a ti mismo, significa que tienes una personalidad abierta, eres comunicativo y afable.
Resulta que hay un test del limón que corrobora lo que acabo de decir, y además es fácil, lo podéis hacer en casa y en una fiesta con la excusa de reíros un rato, por aquello de "eres más feo que el Fary comiendo limones" o las caras que pone la gente cuando se come uno.
Este test no me lo he inventado yo, tiene base científica y ha salido en la BBC News, así que es serio al 100%.
Al lío: cogéis un bastoncillo, le atáis un hilo en el centro. Después, os colocáis un extremo del bastoncillo en la lengua durante 20 segundos.
A continuación os tomáis cinco gotas de zumo de limón, os las tragáis eh, no hagáis trampas que sino no sirve. Justo después, os ponéis el otro extremo del bastoncillo que no se ha llenado de babas durante otros 20 segundos. Y cuando terminéis, os sacáis el bastoncillo y lo sostenéis por el hilo a ver cómo cuelga.
Si lo hace en posición horizontal o el extremo de después del zumo de limón queda más abajo, si ocurre esto último, quiere decir que pesa más -viva la física-, si ha pasado eso es porque habéis salivado más de lo normal y eso se traduce en que eres una persona introvertida.
Pero si queda totalmente horizontal, es que eres inmune. Tienes superpoderes y no te afecta nada el limón. La traducción es que eres extrovertido. Fisiológicamente los introvertidos emiten el doble de saliva, que sea zumo de limón parece que no tiene nada que ver. Os cuento por qué, porque en los 60, uno de los pioneros en la psicología de la personalidad, Hans Eysenck, y su esposa y colega Sybil Eysenck, hicieron un ensayo en el que midieron la cantidad de saliva exacta que un algodón podía absorber antes y después de realizar esta prueba.
Pero no fueron los únicos que probaron este experimento, Brian R. Little y su libro Me, Myself, and Us: The science of personality and the art of well-being les dio el pistoletazo de salida para comprobar su propia teoría sobre la gente extrovertida e introvertida. Ellos decían que todo era fisiológico, por lo que los introvertidos reaccionan con más fuerza a la estimulación a la que son sometidos. Vamos, que somos más intensos bajo la presión -sí, me incluyo, aunque no sé si soy introvertida o asocial a veces-.
De todas formas, no hay que fiarse de los experimentos científicos al 100%, ya que la biología también tiene algo que ver, digo yo. Sino no la estudiaríamos en el colegio ni los que son hijos de calvos tendrían más probabilidades de quedarse calvos, por ejemplo.
Si os aburrís mucho, siempre podéis repetir el test varias veces, a ver si sale lo mismo. Si es que sí, pues felicidades, si es que no... algo haréis mal, ¿no? Al menos el zumo de limón no es malo para la salud, como mucho acabaréis con un agujero en el estómago si no habéis comido nada.
Y si os sobra, ya sabéis... si la vida te da limones, haz limonada.
O algún cóctel, así no habrá introvertidos durante la fiesta.

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