Revista Salud y Bienestar
Tenia que pasar y no podía demorarse demasiado, los intereses personales ciegan todos los demás propósitos, imponiéndose a cualquier otra manifestación que pueda ser sugerida desde la lógica o el sentido común.
El envase fotografiado pertenece a un anciano que por su Diabetes tipo II, Hipertensión Arterial y otras varias patologías merece, desde hace ya mucho tiempo, los calificativos y consiguientes cuidados de un enfermo pluripatológico y polimedicado.
Poco después de la entrada en vigor del Decreto Ley que regula e impone la Prescripción por Principio Activo, el pasado 1 de noviembre de 2.011, nuestro enfermo fue a su farmacia de siempre (menos mal que era la de siempre), a adquirir su medicación (también de siempre), que a pesar de estar constituida por fármacos -todos ellos- de amplio uso, el farmacéutico le cambió la práctica totalidad de las marcas, por otras cuyas salidas debieron resultarle más provechosas...
Así las cosas, y con el fín de que no le resulten aún más complicadas: el paciente se ve en la necesidad de especificar -en los envases- el nombre de la marca anterior, como en el ejemplo de la foto: tras años de tomar Adiro 100, a pesar de ser éste uno de los medicamentos más prescritos en el ámbito nacional, y aunque su precio se sitúa dentro de la franja legal requerida: su farmacéutico de toda la vida le dispensó A.A.S 100, justificando el cambio en el Real Decreto...
Lo mismo con las demás marcas... El farmacéutico estaba legal, que no moralmente, en su derecho... ¿Por qué creen Uds que lo hizo...?...