El llamador de ángeles es el único colgante que llevo. Fue un precioso y emotivo regalo para protegerme contra cualquier daño. El llamador de ángeles es una pequeña jaula que lleva dentro una bolita dorada con trocitos de plata y cuando se mueve emite un suave sonido.
El llamador de ángeles, según cuenta una antigua leyenda, fue un regalo que hicieron los ángeles a los humanos cuando tuvieron que dejar la tierra. Antes de que partieran y tristes por tener que alejarse de ellos, crearon los "llamadores de ángeles" para protegerlos. Al despedirse les explicaron que si necesitaban su ayuda, bastaba con agitar el llamador y, cuando oyeran su sonido, el ángel guardián de cada uno acudiría en su ayuda. Sólo había una condición, el llamador de ángeles es exclusivo y sólo protege al dueño, no puede prestarse porque entonces la protección del llamador de ángeles desaparecería.
Es una preciosa leyenda que me reconforta. Cuando lo llevo puesto, con cualquier movimiento que haga, escucho su bello sonido y no dudo en agitarlo bastante cuando estoy preocupada por algo.
Mi llamador de ángeles va siempre conmigo y os puedo asegurar que, aunque parezca inverosímil, la mayoría de las veces mi ángel me ayuda y me acompaña. Quizá me suceda lo que decía Richard Bach: "Nosotros resolvemos que es lo que las cosas serán para nosotros. Si quieres que el agua sea líquida, piénsala líquida, compórtate como si fuera líquida, bébela. Si quieres que sea aire, compórtate como si fuera aire, respírala."
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