El llanto en la lactancia consiste en un sonido molesto y fuerte que producen los bebés en ciertos momentos como respuesta a algunos estímulos como hambre y dolor. Los niños más mayores lloran por otras razones, pero en la lactancia existen ciertas razones a estímulos y reflejos. Para poder atender al bebé hay que conocer las razones del llanto y actuar rápido.
El bebé responde mediante el llanto, ya que es su primera comunicación verbal, por lo que el sonido que emite garantiza que los padres o quien lo esté cuidando le preste la atención que necesita lo antes posible. Existen muchas razones por las que el bebé llora, por lo que hay que lograr identificar lo que quiere el bebé, en ocasiones para los padres se consigue mediante la intuición.
Los bebés pueden llorar por hambre, cólicos, dolor por gases o espasmos intestinales, frío o calor, demasiado ruido, actividad o luz o molestias como un pañal húmedo.
Si un bebé llora hay que comprobar cuál es la razón que le provoca el llanto. Se debe comprobar que respira bien, si hay hinchazón, enrojecimiento o humedad en extremidades o otras partes del cuerpo sensibles, si se está alimentando bien y no tiene gases ya que se han expulsado, que no haya luz, viendo o ruido, que no tenga ni frío ni calor o si es necesario cambiarle el pañal. Como hemos dicho, con el tiempo se convierte en intuición y los padres acaban descubriendo por qué llora su bebé sólo por su llanto.
Para calmar a un bebé que llora hay que dar con la razón que le hace llorar, pero también puede ser bueno hablar con el, cambiarlo de posición o ponerlo cerca del pecho, incluso la música puede ser buena.
Si con todo esto el llanto no para es posible que se requiera de consultar al médico, ya que le puede estar pasando algo.
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