En el “culebrón” de la aplicación de la vacuna de la varicela a los 12 meses ha ganado el laboratorio fabricante Sanofi Pasteur Merck, Sharp and Dohme (MSD). Su campaña de lobby se ha impuesto a las pruebas científicas que descartan la eficacia de esa medida y sustentan la práctica de vacunar a partir de los 12 años de edad a quienes no hayan pasado de manera natural la enfermedad.
Pues sí, ganó el lobby industrial a los intereses de la Salud Pública. Las comunidades autónomas han aceptado “por consenso” la propuesta del Ministerio de Sanidad de financiar la vacuna de la varicela a edades tempranas, en una primera dosis a los 12-15 meses y una segunda a los 3-4 años, y no solo a los niños de 12 años que no hayan pasado la enfermedad como hasta ahora.
La única región “rebelde” ha sido el País Vasco cuyo consejero de Sanidad con razón ha calificado de “política” esa decisión y ha anunciado que actuará con criterios científicos y técnicos, que debería ser lo normal: ¿Medicina Basada en la Evidencia o en la “videncia”?
¿Cómo puede ser que en una misma legislatura con el mismo grupo político a cargo de Sanidad, se haya pasado del retirar de las farmacias la vacuna porque estaba produciéndose un abuso a incluirla en los calendarios de inmunizaciones a tan temprana edad y con todos los datos científicos en contra según los expertos en Salud Pública?
Ana Mato, ex ministra española de Sanidad.
A mediados de 2013, la ministra Ana Mato ordenó bloquear el acceso universal al fármaco.
A través de la Agencia Española de Medicamentos bloqueó la venta de la vacuna de la varicela marca Varivax.
Entonces se consideró que inocular a toda la población infantil podría acarrear la aparición de la varicela en la edad adulta y generar más casos de herpes zóster.
La vacuna de la varicela previene 0,6 días de ingreso hospitalario por varicela pero por el contrario aumenta en 1,1 los días de ingreso por herpes zoster. Es decir, una vez más es peor el remedio que la enfermedad, por otra parte benigna en la gran mayoría de casos.
Alfonso Alonso, actual ministro de Sanidad.
En junio pasado, el nuevo ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, anunció la inclusión de la vacuna en el calendario infantil.
Alonso lanzó esta propuesta durante su intervención en el Congreso de la Asociación Española de Pediatría que se celebraba en Bilbao.
Anunció el cambio tras los informes recibidos de la Asociación Española de Pediatría y de la Asociación Española de Vacunología.
Clave para entender esta contradicción es que esas dos asociaciones son los dos principales lobbies que los fabricantes de vacunas incluído, claro, el de Varivax: los laboratorios financian sociedades “científicas” para presionar a la sociedad e incluir de manera forzada en los calendarios vacunas o inmunizaciones sin justificación científica.
No nos cansaremos de explicarlo y para ello podéis leer el post Vacuna varicela. Médicos de No Gracias documentan la “conexión comercial” del lobby pediatra. Las asociaciones que hacen lobby para la industria reciben dinero de la misma para sus webs, sus congresos, para los médicos que ejercen de portavoces y tienen conflictos de intereses descarados (y declarados por ellos mismos); quienes se reúnen con ministro y altos funcionarios trabajan en ensayos clínicos de los laboratorios y en todo tipo de actividades docentes pagados por ellos.
Son cualquier cosa menos independientes y transparentes. Las peores compañías para un ministro, pero los mejores “prescriptores” para un laboratorio.
La campaña de lobby explicada a los niños:
-Mato saca de las farmacias la vacuna. El laboratorio desarrolla acciones judiciales al interponer un recurso contencioso-administrativo contra el Ministerio de Sanidad.
-Los peones comienzan a moverse. Algunas sociedades autodenominadas científicas salen en ayuda del laboratorio (en general las que mantiene claros conflictos de interés con el fabricante). Piden la venta libre de la vacuna. Otras defendieron la racionalidad.
-Los medios de comunicación, una veces por interés y otras por pura ignorancia, hacen marketing del miedo con historias de familias “desesperadas” que viajan a Andorra o Portugal en busca de la vacuna (la lista de enlaces sería interminable).
-Se suceden las reuniones de los lobbistas con los respresentantes del Ministerio y Alonso comienza a contradecir a Mato.
En el camino, las denuncias públicas de un alto funcionario que alerta de actitudes mafiosas en la campaña de lobby de Sanofi. El resto ya lo conocéis. El cartel vence y “convence” a quienes amenazó y demandó.Luego hay quien se extraña de que se vea una parte de las vacunas como puro negocio. Estos actos lo confirman. No hay conspiración, es simple interés privado sobre el público. De existir eso que ha dado en llamarse “antivacunas” cabe preguntarse quienes son los peores y en este post han quedado retratados muchos de ellos.