«Iñaki Biggi explora la corrupción y las sombras sociopolíticas de la época victoriana, guiado por el asesino en serie más famoso y sanguinario de todos los tiempos»
¿Qué sucedió en Whitechapel?
¿Por qué los periódicos alarmaron sistemáticamente a la población?
¿Por qué el Gobierno no intentó cortar de raíz el problema,
la extrema pobreza del East End, y se limitó a poner más policías?
¿Por qué la población adinerada no hizo más que escandalizarse
y visitar, en sus lujosos coches de tiro, los barrios infectos
del asesino en sus lujosos coches de tiro?
LA REALIDAD ES QUE EL MAL
SE REPARTIÓ ENTRE MUCHAS PERSONAS
Entre agosto y noviembre de 1888, Jack el Destripador se cobró con saña la vida de cinco prostitutas, sin que la policía metropolitana pudiera darle caza, ni siquiera identidad. Hasta hoy, sigue siendo el caso más famoso de la Historia sin resolver. Sin embargo, los enredos sociopolíticos son la madeja por que la que sí podríamos empezar a destejer el misterio…
Miseria, alcoholismo, brutalidad en la peor barriada de Londres, donde la vida apenas vale unas monedas. Es una novela sobre los desheredados, los invisibles, las clases más bajas, los pobres que siempre pagan los platos rotos de los ricos, chivos expiatorios de todos los males.
ENTREVISTA:
Gracias a Maica Rivera y Literocio.
Iñaki Biggi: “Jack el Destripador sirve para hacer la mejor denuncia sociopolítica de la época victoriana”.
¿Cuáles fueron sus principales fuentes de documentación?
Los estudios de otros escritores sobre Jack el Destripador, los libros de Historia, y, en especial, La gente del abismo, la obra en la que Jack London se hizo pasar por un mendigo para denunciar la situación de las clases más pobres del Londres de aquella época.
¿Por qué el enigma de Jack el Destripador sigue enganchándonos?
Porque nos queda la sensación de que, en realidad, se llegó a saber de quién se trataba pero, por algún motivo, su identidad no ha salido a la luz.
¿Qué destaca del contexto sociopolítico que describe?
Que la prometida Revolución Industrial resultó un fracaso desde el punto de vista humanitario. Hoy, casi siglo y medio después, desde este ordenador en el que estoy escribiendo puedo comprar un par de patines que me voy a poner una sola vez en mi vida, pero que van a dejar una huella ambiental enorme en el planeta y habrán sido fabricados por trabajadores, tal vez niños como en Whitechapel, en condiciones laborales lamentables.
¿Cuál es su personaje favorito?
El inspector Abberline. No hay demasiados datos históricos sobre su figura, ni siquiera tuvo la importancia que se le ha dado. Es Michael Caine con todo su carisma. Hay un dato poco conocido sobre él que me llamó la atención. A pesar del aparente fracaso en la persecución de Jack el Destripador, en la que no tuvo la relevancia que siempre se le ha dado, su posterior carrera profesional, llena de condecoraciones, y el sustancioso retiro que recibió tras su jubilación, sugieren que en algún momento ocultó información. ¡Incluso ha llegado a ser considerado sospechoso de haber sido el asesino!
¿Le ha influido el cine en la narración? ¿Alguna película en especial?
Sí. Precisamente la serie Jack the Ripper de 1988, justo un siglo tras los asesinatos, protagonizada por Michael Caine. Me dio la impresión de que, teoría sobre la identidad del asesino aparte, los hechos pudieron ocurrir de una forma bastante parecida.
¿Algún personaje al que odiar?
La figura de malo malísimo responde más a la necesidad de dar un nombre a ese mal. Sin embargo, en la realidad ese mal se reparte entre muchas personas. ¿Qué sucedió en Whitechapel? ¿Por qué los periódicos alarmaron sistemáticamente a la población?
Por intereses propios. ¿Por qué el Gobierno no intentó cortar de raíz el problema, la extrema pobreza del East End, y se limitó a poner más policías? Por intereses. ¿Por qué la población adinerada lo único que hizo fue escandalizarse y visitar en lujosos coches
de tiro, “los barrios infectos del asesino? Y así todo. No creo que necesitemos mirar muy lejos a nuestro alrededor para comprobar que todo sigue igual. ¿El personaje al que más odio? La inhumanidad.
¿Qué imagen quiso trasladar de Scotland Yard, policías y detectives? ¿Y de la Iglesia?
De Scotland Yard, a pesar del aparente fracaso, admiración. Fue una policía adelantada a su tiempo. Sin embargo, según parece, estaba muy mal dirigida. Su jefe, el comisionado Warren, un militar de carrera, había sido puesto a dedo por la reina Victoria, una extraña mujer, en esa época la más poderosa del planeta, que vivía retirada en permanente luto por la muerte de su marido y que no tenía contacto alguno con la realidad. Y de la Iglesia, otro tanto se puede decir. Si Jesucristo, en el caso de que existiera, volviera hoy a la Tierra, se iría corriendo hasta la cruz para evitar comprobar en qué se convirtió su mensaje.
¿Se propuso realizar una crítica al sensacionalismo de la prensa?
No hay más que leer hoy día los periódicos o ver la televisión. Hay titulares y artículos que causan vergüenza ajena. ¿De verdad los periodistas son tan malos? ¿Acaso no tienen posibilidad de ejercer su profesión de manera objetiva con un mínimo de ética? Leí muchos artículos de la época de distintos periódicos, y serían escandalosos si no fuera porque hoy volverían a ser redactados con las mismas palabras.
¿Es difícil ponerle rostro al mal? ¿Y darle voz? ¿Es importante hacerlo?
Es difícil hacerlo bien. Uno de mis mayores retos fue darle un rostro al mal sin caer en los tópicos, ni buscar el morbo o el horror. ¿Mi novela trata de Jack el Destripador? Sí. ¿Es un personaje malvado? Sí. ¿Es el único personaje malvado? No. Malvado no solo es el que rebana el cuello a sus víctimas sino también el que se aprovecha de la situación de desamparo de unas mujeres, el que permite la pobreza, el que esclaviza, el que pisa a los demás para ascender, sea Papa, rey, policía o ladrón. Es importante dar voz al dolor, buscar la empatía de quienes miramos para otro lado.
Dice que el valor de la vida en el East End es de apenas unas monedas, en el mejor de los casos. ¿Fue difícil ajustarse a los cánones de la violencia de la época?
No. Porque no son tan visibles ahora, pero siguen existiendo.
Sinopsis.
En el año 1888, Europa se tambalea. A León XIII, papa de Roma, no le quedan demasiados años de vida, y ya los buitres sobrevuelan el Vaticano a la espera del próximo cónclave. Mientras tanto, monseñor Patrizi, pragmático, visionario y ambicioso, busca influir en la anglicana Inglaterra para, desde allí, extender sus tentáculos en Norteamérica. Patrizi sabe que debe jugar bien sus cartas y deshacerse de Galimberti, su más acérrimo rival, y postularse así como sucesor en el trono de San Pedro.
Sin embargo, el Imperio británico se desmorona a ojos vistas. Londres es su mejor ejemplo; la ciudad está dividida en dos: el rico West End, vestigio de los buenos tiempos, y el enfermo East End, donde se hacinan miles de personas en la más absoluta pobreza. Y no sólo eso: un asesino, el primero de su especie, recorre las calles al amparo de la oscuridad destripando prostitutas y sembrando el terror. Rudo, agresivo y peligroso, por sí solo es capaz no sólo de trastocar los planes de monseñor Patrizi, sino de demoler el futuro de la cristiandad.
En El lobo de Whitechapel Biggi nos muestra el alma real de una ciudad oscura y podrida, como la del propio asesino; porque se huele la sangre, el miedo, la inmundicia, y porque la tensión narrativa nos hace contener el aliento hasta la última página. Inolvidable.
Lee y disfruta de las primeras páginas de la novela.
El autor:
Iñaki Biggi nació en San Sebastián (Gipuzkoa) en 1965. Estudió psicología en la Universidad del País Vasco, y es un apasionado autodidacta de todo lo que tiene que ver con la Historia. Hasta la fecha tiene en su haber tres novelas: El Santuario (Seix Barral, 2005), La fórmula Stradivarius (Seix Barral, 2007), traducidos ambos a varios idiomas y Valkirias (Edhasa, 2018), donde nos narra la épica invasión vikinga a la península ibérica. Con esta obra consiguió el Premio Cerros de Úbeda a la mejor novela histórica de 2018. Su última novela publicada en octubre del 2020 con el título de Proyecto Moisés, Biggi nos arrastra a la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial, en una misión imposible…
El libro:
El lobo de Whitechapel ha sido publicado por la Editorial Edhasa en su Colección Narrativas históricas. Encuadernado en tapa dura con sobrecubierta, tiene 574 páginas.
Como complemento pongo el Booktrailer de El lobo de Whitechapel.
Para saber más:
https://ibiggi.com/
https://twitter.com/IBiggi1