Revista Mundo animal

El lobo en la sierra de Huelva

Por Alvalufer

Desde mediados de los ochenta a la sierra le falta una de sus piezas elementales, se trata de un animal, probablemente el que más ha otorgado leyendas e historias al hombre: el lobo. En Huelva no hay  ya aullidos del lobo, no hay ese misterio que arrastra tras de sí, la leyenda del cánido queda sepultada por el tiempo.

A nadie escapa que hay superpoblación de ungulados (jabalíes y ciervos) en la sierra. A veces se ha tenido que recurrir a disparar a estos animales en cotos de caza fuera de  temporada por ser insostenible  tal cantidad de ejemplares, esta no es solución. No puede haber tal cantidad de herbívoros sin que un predador regule sus poblaciones   eliminando ejemplares no aptos (que de otra manera se reproducen empobreciendo la genética de la especie). Del mismo modo el lobo da caza a los  ejemplares enfermos, es salud para el monte, quizás así menos enfermedades nacidas en herbívoros salvajes  acabarían afectando al ganado humano. La caza no lleva a nada, los aficionados a esta actividad disparan a los machos más vigorosos afectando más si cabe a la salud genética de la especie. Todo está relacionado, la selección artificial  del hombre no es la de la propia naturaleza, no puede haber herbívoros sin predadores que los regulen, la vegetación sufre, y aunque parezca extraño, los propios herbívoros acabarán debilitándose como especie al no tener regulación). La sierra de Aracena afronta este problema.

El lobo en la sierra de Huelva

El lobo mata ovejas, eso se dice siempre. Efectivamente hay ataques al ganado, pero al fin se ha demostrado por estudios científicos que la amplia mayoría de estos ataques son en realidad de perros asilvestrados, es más, también se ha demostrado que un elevado porcentaje de ataques achacados a lobos  y que justifican su persecución son estafas y artimañas de ganaderos para llevarse la indemnización. Por suerte la mayoría de gente del campo es  honesta  y nada tienen que ver con estas prácticas. Con unas medidas correctas  como proporcionar  a los pastores perros para que vigilen a las ovejas, cerdos o lo que se tercie, con un sistema de indemnizaciones y de detección de verdaderos o falsos ataques eficaz y con una manera de obrar coherente siempre contando con la opinión de la gente del lugar…todo debería ir bien. En países como Italia los ataques de lobo al ganado son pocos al tomar desde hace siglos medidas interesantes al respecto, los ganaderos consideran que si hay un ataque de lobo es culpa de ellos por no haber hecho lo debido .En nuestro país  hay medidas recientes como incluir en los rebaños una burra, animal que resulta muy eficaz, aparte de indemnizaciones y la propia responsabilidad del ganadero que siempre ha de recoger de noche sus cabezas de ganado. La gente debe saber que existe un sistema regulado que cubre los posibles daños ocasionados por lobos y deben presionar para que se cumpla justamente.

En nuestro país justo en la zona con más lobos  se ha tomado una medida que marcará el futuro mostrando una visión excepcional. En vez de matar lobos, en Sanabria están creando un centro del lobo y basarán en cierta medida  el desarrollo de la zona en el turismo rural basado en el lobo, con excursiones y museos. No lo olvidéis, el lobo atrae a la vez que aterroriza, tenemos una relación prehistórica con este animal, a nuestra sierra le falta el lobo, es el animal emblemático que atraería excursionistas y turistas, bien visto podría ser otra fuente de ingresos, el lobo sería para la sierra varias  puertas que se abren, no un problema letal. Lanzo desde aquí a los vecinos de la sierra esta invitación a que reflexionen sobre el tema, el lobo es necesario, no debe producir temor su reintroducción natural o mediante la ayuda de las administraciones, ha de ser visto como un elemento histórico de estos montes al que hemos expulsado en los últimos veinticinco años pero que ha de volver.

El lobo es la esencia de la naturaleza, que en  la sierra viva donde deba y donde pueda…pero que viva.

Esta entrada se basa en un artículo que publiqué en la revista Entorno Natural.



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