Revista Cultura y Ocio

"El lobo ha vuelto", de Geoffroy de Pennart: una historia divertida y transgresora

Publicado el 08 marzo 2017 por Lidiacasado
lobo vuelto
lobo vuelto
Título: El lobo ha vuelto
Autor: Geoffroy de Pennart
Editorial: Corimbo
Género: álbum ilustrado
Páginas: 36
Publicación: 2003
ISBN: 978-84-8470-083-8
lobo vuelto
 Señor conejo tiene miedo de acostarse. Ha leído en el periódico una noticia escalofriante: El lobo ha vuelto. ¡TOC; TOC TOC!  ¿Sera el lobo?
   Conocí esta historia gracias a Juan Gamba, a quien se la oí contar en una de sus sesiones, y, claro, con la gracia que tiene este narrador oral, la expresividad corporal que le pone a todo lo que hace y el toque clown que le añade, quedé prendada por ella. Se lo comenté a Alejandra, mi bibliotecaria de cabecera, y en cuanto tuvo oportunidad se hizo con un ejemplar para la biblioteca. Lo leí y la historia me volvió a atrapar con su transgresión, sus repeticiones y su humor. Y ahora lo he incorporado a mi repertorio personal y lo estoy contando en las sesiones del programa Yo cuento, tú cuentas de este año. Y he de decir que, hasta ahora, les está encantando.
    El lobo ha vuelto nos pone frente al miedo atávico que deben (o deberían) sentir los personajes de cuento si un día abriesen el periódico y leyesen la terrible noticia de que el lobo ha regresado. ¿Cómo te sentirías tú?, les pregunto a los niños. Y las respuestas son de lo más de variadas.
   El protagonista de este cuento (o, al menos, el primer personaje de cuento que aparece en la historia y que nos va sirviendo de hilo de conductor o de soporte para la acumulación que nos propone el autor) sí que tiene miedo pero, aún así (y eso sí que se lo hago notar a los niños cuando lo cuento) abre la puerta cada vez que llaman. ¿Ganas de ayudar a los demás personajes que puede sentir el mismo miedo que él? ¿Necesidad de compañía en estos duros momentos? ¿O simplemente es un inconsciente? Yo dejo que los niños den sus propias respuesta a lo largo de un cuento en el que la secuencia de la llamada y posterior apertura de la puerta se repite varias veces.
    Tantas como personajes de sobra conocidos van desfilando por la obra. Y esto les encanta. Ver a los personajes que conocen de los cuentos clásicos (los siete cabritillos, Caperucita, los tres cerditos...) desenvolverse en otros ambientes más allá de su historia les vuelve locos (sobre todo cuando ya son más mayorcitos y tienen bien asimilada la historia original) y este cuento juega con esa sensación de ver a los personajes de toda la vida fuera de su hábitat natural (o, al menos, del que conocemos).
    También les encanta descubrir qué hacen los animales mientras esperan a que el lobo llegue o no llegue y para eso son fundamentales las ilustraciones de la obra. En realidad, se trata de una propuesta muy sencilla, con bastante poco texto, en la que las ilustraciones cobran gran importancia. Su claridad y colorido y el humor que destilan le sientan estupendamente a un cuento que también puede dar pie a reflexionar junto a los niños sobre la amistad, la enemistad, el miedo, la cooperación y el perdón.
    Un álbum ilustrado, pues, muy completo y divertido que gustará a los niños y al que se le puede sacar mucho partido.
   Nos seguimos leyendo.

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