“Cree Iglesias que, en estos momentos, los socialistas –que hace décadas que no son obreros, lustros que no son españoles y años que no son partido– están a tiro.”
Para unos, Pablo Manuel Iglesias es un cachondo que podría resultar encantador de no ser porque su ADN contiene genes de tirano. Depredador nato, se recrea en la estupidez del prójimo a quien engaña hoy, y mañana también, sin apenas descoletarse. Y es normal que lo haga porque, a pesar de su historial político –propio de un dictador– , millones de personas están dispuestas a arruinar su vida para catapultar la suya.
Para otros, es un demagogo, chulo, arrogante y frívolo que juega con la gente, con sus sonrisas, con sus ilusiones, con sus sueños, mientras éstas le conducen a la Carrera de San Jerónimo al volante de un Podemos tuneado con cuatro piezas de segunda mano que pilla en el desguace Garzón a precio de saldo. –¡Birras para todos! –grita Pablo mientras abraza a Alberto. –Hola mi amor, yo soy tu lobo. Un prepotente que saliva y saliva contemplando la destartalada cacharrería socialista. Pieza a la vista.
Con Garzón todavía en las fauces, el lobo ha soltado una potente zarpazo al confiado Sánchez que le ha dejado temblando: le ha ofrecido una lista conjunta al Senado, una oferta inaceptable, envenenada. –Hola mi amor, yo soy tu lobo. “ –¿Cómo es posible que el PSOE contribuya a que el PP bloquee en el Senado las políticas de progreso? –dice Pablo –. Me parece increíble”. Éste va a ser uno de los ejes de su campaña electoral. Frente al “Podemos y PP se han opuesto al cambio” de Pedro Sánchez, Pablo Iglesias contrataca afirmando que “ los socialistas son los únicos responsables de que el partido polular bloquee en el Senado el cambio de progreso que España necesita”. Inteligente y efectista
Cree Iglesias que, en estos momentos, los socialistas –que hace décadas que no son obreros, lustros que no son españoles y años que no son partido– están a tiro. Si lo consigue, conseguirá hacer saltar el sistema , que es lo que realmente le pone. Porque su política no tiene nada de nueva, más bien resulta rancia y casposa. Sí, rancia y casposa, porque su discurso apesta a Maduro, a Mao , a Kim Jong-un.
Si se sale con la suya, preparémonos para una OPA hostil contra la estabilidad y el progreso de España, esa misma España que está viviiendo –pese a todas las dificultades e injusticias, innegable– la mejor época de toda su historia. Si el 26 J confirma las expectativas, comenzará el baile de ratas hacia la Puerta del Sol que nos abocará, de nuevo, a lo peor de nuestro pasado, al desastre.
Como siempre, busque y compare; seguro que encuentra algo mejor, y vote.
José SIMÓN GRACIA
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