El lord y la plebeya de Laura Lee Guhrke

Sinopsis:
Tras disfrutar de su juventud como uno de los más salvajes libertinos de la alta sociedad, lord Denys Somerton ha dedicado los últimos seis años de su vida a dejar atrás el pasado. Está dispuesto a cumplir con sus obligaciones, encontrar una esposa y fundar una familia. Pero sus planes cambian cuando Lola Valentine, una seductora pelirroja que formó parte de su pasado, regresa a Londres, despertando el mismo deseo irresistible que estuvo a punto de arruinarle la vida en una ocasión.
 Lola es una mujer sin ilusiones románticas. Siempre supo que el amor no bastaría para un lord británico y una joven americana de los barrios bajos. Por el bien de Denys, se alejó de él y de la lujosa vida que le ofrecía. Pero, cuando una herencia inesperada la lleva de nuevo hasta Londres, Lola descubre que la pasión continúa siendo tan ardiente como siempre entre ellos. ¿Serán capaces de doblegar esa pasión o escapará a su control y volverá a destrozarles?

Opinión personal:
Pues vuelvo a mis lecturas "regenciles" con la última entrega de la serie «Una heredera americana en Londres». En la web de la autora no hay más entregas, pero que quede constancia que queda uno de los amigos solteros, así que nunca se sabe.Después de la pequeña decepción que me llevé con la historia anterior, tenía muchas ganas de hacerme con esta novela. En primer lugar, para quitarme el mal sabor de boca y, en segundo, porque la historia entre Denys y Lola prometía mucho. 
En la novela romántica son muy usuales las historias de reencuentros, estamos ante una de ellas, aunque al menos los años que han estado separados no han sido de los largos y eso se agradece. El problema es que acabaron muy mal y no tenía muy claro si Lola iba a ser capaz de hacerse perdonar, porque sí, lo normal es que sea él que canalla pero aquí, la que no se portó nada bien es ella, y eso también me resulta atrayente.
Es una novela muy sencilla, sin grandes giros y con una historia que ya está muy contada. Sin embargo, en mi opinión, uno de los secretos de la autora es ser capaz de atrapar al lector con historias sencillas con romances bonitos. No voy a pretender decir que estamos ante un gran novelón, porque no me lo ha parecido. En realidad, he encontrado ciertos pasajes repetitivos y alguna conversación que también parecen mantener más de una vez. Aún así, me ha durado un suspiro, y supongo que el secreto es ese pasado de la protagonista que va desmenuzando lentamente y que hace que quieras, al mismo tiempo que el protagonista masculino, conocer más, por un lado; y esa traición  y los motivos que la provocaron, por el otro.
Lola es una bailarina de espectáculo. Su gran sueño ha sido siempre llegar a ser una actriz dramática, pero tras un gran fracaso en el pasado, huyó cruzando el Atlántico, traicionando y destrozando la relación que mantenía con Denys. Ahora ha vuelto a conseguir su sueño, gracias al legado de su mentor y protector. Es de imaginar que su juventud no tuvo que ser fácil y sorprende la inocencia que la rodea en muchos momentos. Aún así, es una mujer fuerte y valiente que no duda en pelear por lo que quiere. Es un tipo de protagonista femenina poco usual dentro de la romántica y eso la hace muy interesante. Creo que la autora intenta suavizar mucho ese personaje, quizás por eso sus circunstancias resultan algo forzadas pero no inviables. Me llamó mucho la atención el apodo, ya que aunque ahora sea un nombre bastante conocido, incluso en aquellas tierras, no sé yo si lo sería en la época en la que está emplazada la historia.
Denys fue un joven rebelde, pero tras superar un fuerte desengaño amoroso, ha aceptado su futuro y está dispuesto a acatar las normas familiares y hacer lo que de él se espera, es decir, casarse, formar una familia, conseguir un heredero y, yendo más lejos está también dispuesto a plantearse hacerlo con la mujer que desde siempre se esperó que lo hiciera. Denys me ha parecido muy entrañable y dulce. Honorable y leal, considero que sus reacciones están bien conseguidas y lo convierten en una figura bastante creíble. Representa a esa nueva nobleza que tiene que trabajar para vivir y bajo él ha recaído la responsabilidad de gestionar el patrimonio familiar, algo que hace de forma concienzuda, quizás es su forma de esconderse y olvidar.
La relación entre ellos me ha gustado. Acostumbrada a tanto instalove como se suele ver últimamente, esta fluye de forma paulatina. Está claro desde un primero momento que hay muchos sentimientos fuertes que no se han olvidado, y la tensión sexual está presente en muchas de las escenas, pero al menos, ambos actúan de forma coherente y se adaptan a sus nuevas circunstancias. A modo personal, me hubieran gustado más peleas pero no puedo quejarme de la forma en la que la autora ha decidido desarrollar su comportamiento. Como he comentado, es un argumento bastante usual y predecible, con algún capítulo algo soso, he echado en falta más riesgo por parte de la autora, pero Laura Lee Guhrke no se caracteriza por eso.
Como anécdota, se nombra la calle de Littel Russell, una de las mis series preferidas de la autora, y cuyo argumento se centra también en mujeres plebeyas con hombres de una clase social superior. Porque aquí el gran problema al que se enfrentan ellos es la diferencia social agudizado por el trabajo que ha desempeñado ella durante su vida, pese a que ahora pueda ser económicamente independiente.
Los personajes de las anteriores entregas ponen su granito de arena, pero es título que se puede leer de forma totalmente independiente.
«El lord y la plebeya» ─ me quedo con el título original No mistress of mine (No es mi amante) ─ me ha parecido una lectura muy entretenida, no creo que estemos ante la mejor novela de la autora, pero si algo tiene de especial Laura Lee Guhrke es que, como he dicho, es capaz de atrapar al lector con una trama bonita y sencilla, aunque sea trillada, por su estilo ágil y cuidado. Ha sido un alivio volver a encontrarme a esta autora a la que ya echaba de menos. Espero que se siga apostando por ella.

Ficha de la novela - Ficha de la autora - Web de la autora

Pepa