El lumbago: causas, y síntomas
El lumbago se define como una lumbalgia de espalda, es decir un dolor de espalda por encima de los glúteos, con dolores que se irradian hacia las nalgas y los muslos. El lumbago suele estar provocado por una patología de la columna vertebral como la escoliosis.
El dolor generado por el lumbago tiende a ser crónico, con períodos más o menos intensos. El tratamiento no siempre alcanza los niveles de curación que los pacientes esperan.
Normalmente, el médico de cabecera suele hacerse cargo de su tratamiento, o un especialista reumatólogo, o un fisioterapeuta, y en última instancia un cirujano.
Existe otra serie de especialistas encargados de curar el lumbago, como los acupuntores, los homeópatas, y otros tantos derivados de la medicina alternativa. El responsable del dolor en el caso de una lumbalgia es el núcleo pulposo. Se trata del núcleo central del disco cartilaginoso, situado en cada vértebra.
Las vértebras protegen la médula espinal, estructura nerviosa estratégica de la comunicación a través de la intermediación de los nervios entre los órganos, los músculos, la piel, y el cerebro. Cuando los discos intervertebrales están afectados por la realización de ciertos movimientos, el núcleo pulposo se desplaza, provocando una inflamación importante de la zona.
Esta inflamación provoca dolor, que está en el origen del lumbago. Cuanto mayor es la inflamación, mayor es el dolor resentido.
Los principales factores de riesgo son el estar de pie, que provoca que el cuerpo repose esencialmente sobre las vértebras, y cuando existe algún tipo de malformación vertebral como la escoliosis; las fuerzas se reparten mal y el dolor de espalda es más frecuente.
Un traumatismo anterior puede estar en el origen del lumbago, así como el sedentarismo, la falta de ejercicio físico, la posición de estar sentados con la espalda cóncava, cargar con más kilos de la cuenta, y por supuesto el embarazo.
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