El lunes empezó un poco chungo.

La maternidad tiene estas cosas "malas". Quizá a un niño mayorcito le puedes hacer entender que papá o mamá están malitos y necesitan descansar, pero con un bebé no hay descanso que valga.
Anoche me empecé a encontrar con dolor de cervicales y de cabeza y de pronto estaba tiritando en la cama y con fiebre. La noche ha sido mala y no he dormido apenas, y eso que mi marido ,el pobre, aunque tenía que ir a trabajar, se encargó del niño cuando se despertó a las 2 de la mañana. Hoy ya no estoy con fiebre (visto y no visto) pero me duele todo el cuerpo y estoy baldada. Mi bebé se acaba de dormir, pero ya sé de sobra que sus siestas durante el día no superan la media hora, así que esta es toda la tregua que me va a conceder por esta mañana.
Aunque lo que realmente me preocupa cuando mi marido o yo estamos costipados es pegárselo.