
En el primer cuarto de hora, ese vendaval llamado Real Madrid se tradujo en goles. Cristiano convertía una falta directa desde la frontal del área con la colaboración estimada del bueno de Seedorf (o Sedorf o Seidorf) que se abrió en la barrera dejando hueco al obús del portugués. Casi sin terminar de gritar el primer gol, Özil marcaba el segundo con la colaboración de un defensa milanista que desvió el tiro del alemán con la espalda confundiendo a Amelia.
Lo que parecía ser la goleada del siglo paró aproximadamente en el minuto 20. El Real Madrid desapareció esperando un contraataque para finiquitar el partido y los italianos se hicieron cargo del balón y del partido. El problema es que el juego de los de Allegri, no es muy “alegri”. El único que tiene criterio en el medio del campo es Pirlo, los demás son mera comparsa. Los rossoneros son un equipo partido, con una gran delantera pero sin apenas asistentes.
Tras un par de sustos protagonizados por el magnífico 21 milanista, el Real Madrid espabiló y pudo conseguir el tercero en un contragolpe que Di María se emperró en terminar, estando tres compañeros solitos a su lado. Cuando un jugador se obceca así solo hay un final para la historia, cabreo generalizado de público y compañeros y ocasión marrada. De ahí a vestuarios con la sensación de que el Madrid permitió que el partido siguiera abierto.
En la segunda parte los visitantes salieron con una misión clara: lesionar a Ronaldo y muestra de ello fueron las dos entradas criminales de Gattuso y una plancha de Ronaldinho que si le pilla con el pie apoyado al portugués se lo carga.

En unos últimos minutos para olvidar, ambos equipos se pasearon por el campo en un partido que parecía un “Solteros contra Casados”. Conclusiones: El Madrid pinta muy bien pero aun es inconstante, los italianos o mejoran mucho o les veo incluso problemas para pasar esta fase de grupos.
* Fotos de la Fotogalería del partido de Marca.com