Era el 11 de septiembre de 1936, procedente de Méjico llegaba a Cartagena el transatlántico español “Magallanes”, sus bodegas iban repletas de armas y municiones, cargadas en México, era la primera ayuda exterior que recibía la República española y la enviaba el presidente mejicano Lázaro Cárdenas del Río.
El "Magallanes" amarrado en puerto
El “Magallanes”, construido en los Astilleros de Matagorda (Cádiz) para la Cia. Trasatlántica, botado en 1926, entró en servicio dos años más tarde, cubriendo rutas entre España con Cuba, New York y varios países de Sudamérica. El día 18 de julio se encontraba en Coruña, desde donde partió el día 22 rumbo Méjico a las órdenes de Manuel Morales Muñoz, capitán de la Marina Mercante. El buque, gemelo del "Marqués de Comillas", tenía una eslora de 145 metros, con 17,5 de manga y 13.000 toneladas de desplazamiento. Su aparato propulsor consistía en dos grupos de turbinas Parsons, alimentadas por cinco calderas de tiro forzado, que le dieron en pruebas una velocidad de 16,33 nudos. Tenía tres cubiertas y el pasaje estaba distribuido en 139 camarotes de primera clase, 53 de segunda y 758 destinados a emigrantes que iban en literas ubicadas en sollados y entrepuentes.
En su viaje de vuelta desde Méjico, a su recalada en Cabo San Vicente fueron a esperarle unidades de la Flota republicana, concretamente el crucero “Miguel de Cervantes” y el destructor “Sánchez Barcáiztegui”. En las inmediaciones de Cabo de Palos, una escuadrilla de la aviación italiana con base en Mallorca llevó a cabo dos bombardeos sobre el “Magallanes” y sus escoltas, bastó con que el “Almirante Cervera”, durante la segunda pasada, respondiese al ataque para que los aviones fascistas soltaran sus bombas de cualquier manera y huyeran del escenario.
Como se ha dicho, el “Magallanes arribó sin más problemas a Cartagena el 11 de septiembre de 1936, con su preciado cargamento intacto, consistente en 20.000 fusiles y 20 millones de cartuchos.
Según nos relata M. Domínguez Benavides (“La Escuadra la mandan los cabos”. Méjico 1975)"
"El día en el que llegó el “Magallanes” a Cartagena los representantes de la CNT-FAI no se presentaron en el Ayuntamiento, donde el Frente Popular se reunía. En medio del revuelo causado por la noticia de que un “barco grande” con armamento entraba en el puerto, sorprendió la ausencia de los confederales. Se hicieron averiguaciones y se descubrió que la FAI intentaba apoderarse de la carga. La guardia de Asalto lo confirmó. Se previno a la marinería y se le invitó a que colaborase en la descarga y vigilase a los faístas. En la última decena de julio, la FAI había pretendido adueñarse de 42 toneladas de dinamita, se trasladó la dinamita a tiempo y los de la FAI se encontraron con los polvorines vacíos.
Después del “Magallanes” y por rutas distintas empezaron a llegar los barcos de la URSS. A la FAI se le dilataron las narices. El anarquismo ya tenía medio roto el espinazo."
(1) El "Magallanes" consiguió llevar a cabo dos viajes más en la ruta del Mar Negro, rumbo al puerto de Odessa (URSS). En el segundo viaje, en el paso de los Dardanelos, el 25 de junio de 1937 embistió y echó a pique el mercante italiano "Capo Pino".
A instancia de los armadores italianos se consiguió el embargo del trasatlántico español por las autoridades turcas para responder de los daños del accidente. De esta forma el "Magallanes" quedó internado en aguas extranjeras hasta el final de la guerra. El entonces presidente de la compañía Trasatlántica, José Bertrán y Musito, negoció la indemnización ante las autoridades turcas y regresó a España en diciembre de 1939 bajo mando militar, siendo su comandante el capitán de fragata Francisco Núñez Rodríguez.
Tras su arribada a Cádiz fue sometido a una modernización de sus instalaciones, quedando con capacidad para 607 pasajeros repartidos en las tres clases tradicionales y una tripulación de 180 hombres. En las bodegas podía cargar 2.100 toneladas y a continuación fue destinado a la línea de Centroamérica.
Terminada la IIGM, el "Magallanes" continuó en el servicio americano hasta octubre de 1953, en que fue amarrado en Bilbao a la espera de una modernización que nunca llegó. Se proyectó sustituir las turbinas por motores diésel y al final se renunció a toda iniciativa. En 1957 fue vendido a Desguaces y Salvamentos del Nervión y desmantelado un año después en Santurce.
Benito Sacaluga
Imagen: mgar.net
(1) Juan Carlos Díaz Lorenzo. Periodista e investigador naval. El buque "Magallanes", Escala en Tenerife.