El magnífico Castillo de Guimarães

El otro día ya nos situábamos en temas de gastronomía en Oporto y nos gustó tanto esa zona del norte de Portugal que hoy decidimos irnos hasta Guimarães. Esta pequeña localidad es toda una sorpresa para el visitante, que se encuentra con una ciudad en buen estado, bien conservada y perfecta para recorrer a pie.

Uno de los puntos más destacados de Guimarães es su castillo. Se encuentra a las afueras del casco histórico, aunque es fácilmente alcanzable a pie incluso partiendo de la estación de tren. El Castillo de Guimarães se  levanta sobre el Monte Latito, conocido como la “colina sagrada”. Es tal su belleza que está construcción esta calificada como Monumento Nacional desde el año 1.910.

Fue construido en el siglo X por la Condesa Mumadona Dias para defender el monasterio de había fundado de los ataques de los moros. En él se libró la batalla de S. Mamede (el 24 de Junio de 1128), relacionada con los orígenes de Portugal como nación. Fue ampliado en el siglo siguiente por el conde Henrique de Borgoña, que estableció en él su corte, y posteriormente durante los reinados de Dinis y Joao I. A partir del siglo XV dejó de tener función defensiva y tuvo usos de lo más variopintos como cárcel política o pajar. Tras años de abandono fue rehabilitado y se abrió al público para su visita en 1.940.

El castillo consta de 7 torres cuadradas con almenas construidas sobre la roca, destacando especialmente la Torre del Homenaje, de 28 metros de altura, a la que se puede subir. Puede recorrerse el perímetro a través de una pasarela superior que rodea el patio de armas.

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El Castillo de Guimarães está situado en la ciudad del mismo nombre, que se halla en la feligresía de Oliveira do Castelo del Concejo de Guimarães, en el Distrito de Braga, Portugal.

Estando en posición dominante sobre el Campo de San Mamés, este monumento se encuentra ligado a la fundación del Condado Portucalense y a las luchas de independencia de Portugal, siendo designado popularmente como la cuna de la nacionalidad.