Revista Cultura y Ocio

El Mago de Oz, de L. Frank Baum

Publicado el 13 abril 2013 por Cris @estanteriaazul

CIMG4362Más allá de Arco Iris, allí se encuentra el mundo mágico donde nos adentra esta  fascinante historia. Acompañados por Dorothy, seguiremos el camino de baldosas amarillas hasta la Ciudad Esmeralda, y junto al valiente Totó, el descerebrado Espantapájaros, el oxidado Hombre de Hojalata y el León cobarde, partiremos en busca del misterioso Mago de Oz en una inolvidable aventura.

“-Noble hechicera, bienvenida seas a la tierra de los Munchkins. Te estamos profundamente agradecidos por haber matado a la Bruja Mala del Este y liberado así a nuestro pueblo de sus cadenas.”

Ding! Dong! The witch is dead… Así empezaba mi aventura con uno de los clásicos por excelencia, enfundándome los auriculares mientras la banda sonora de su adaptación más conocida me adentraba por el camino de baldosas amarillas hacia Ciudad Esmeralda. 

No me imagino a ninguna persona a lo largo y ancho del planeta que no conozca la historia de Dorothy, su perro Totó y el huracán que la arrastra a un mundo mágico donde, sin pretenderlo, El Mago de Ozmata a la Bruja Mala del Este y se embarca en un viaje por Oz para que el mago que allí habita la retorne a Kansas. Aunque hayáis oído la historia, leído alguna adaptación infantil o hayáis visto la película y no conocéis la novela como tal, os animo a ello porque no sólo descubriréis muchas más aventuras sino que encontraréis matices diferentes a los que creísteis saber en su momento. 

El Mago de Oz habla de una serie de personajes que viven bajo sus grandes defectos y, mientras avanza la historia e intentan ayudar a Dorothy, los lectores vemos que en realidad hace ya tiempo que lo superaron, sólo falta que ellos se den cuenta (incluso la propia Dorothy). Aunque yo ya conocía la historia me ha gustado poder profundizar un poquito más en los personajes y ver  en ellos precisamente lo comentado en la línea anterior. Me ha parecido increíble como L. Frank Baum cuenta una preciosa historia de manera tan sencilla y hacernos reconocer en personajes tan peculiares como el Espantapájaros, el Hombre de Hojalata y el León.

Las referencias que existen sobre El Mago de Oz en la literatura, el teatro, el cine y el arte en general son tan numerosas que podemos decir que estamos ante una de las obras más adaptadas. Destaco, por supuesto la película de 1939 (en las próximas semanas haré una entrada sobre ella más extensiva), donde Judy Garland se enfunda en el papel de Dorothy, sin embargo desde su publicación en 1900 ya hubieron representaciones teatrales debido a su éxito. Por ello, Frank Baum escribió trece libros más sobre la tierra de Oz. Lamentablemente no son tan conocidos como el primero .

También quisiera hablaros de mi ejemplar, editado por la editorial Biblok. En la primera imagen veis que se trata de una edición que estéticamente es muy bonita. Tiene un toque vintage muy propio para ser un clásico. Además contiene las ilustraciones originales de su primera edición realizadas por W.W. Denslow. Biblok no tiene una mala edición si hablamos de su exterior, sin embargo su traducción y corrección no es tan buena. Quizás más adelante busque otra edición más completa.

¿Qué más puedo deciros para animaros a leerlo? Que entre sus páginas encontraréis una historia repleta de magia, secretos, seres extraños y buenos amigos, un viaje hacia una aventura que cambiará no sólo la vida de la valiente e inocente Dorothy, sino de todos aquellos que se encuentre a su paso, quizás incluso hasta la vuestra.

“Yo prefiero el corazón –replicó el Hombre de Hojalata-, porque el cerebro no lo hace a uno feliz, y la felicidad es lo mejor que hay en el mundo” 

 

Lyman Frank Baum trabajó a lo largo de su vida en diversos periódicos, al tiempo L.Frank Baumen que interpretaba papeles en comedias teatrales. Tras casarse, montó un negocio y editó otro periódico, ambos sin éxito. Marchó a Chicago, y comenzó a trabajar en el Evening Post. En el año 1900 publicó El Maravilloso Mago de Oz, que le encumbró; esta obra, continuó con una saga. Siguió en el teatro como productor, y después lo hizo en el cine.


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