Restos de El Maine después de su hundimiento
15 de febrero de 1898: explota el crucero Maine fondeado en la bahía de La Habana, un hecho tremendo que provocó la declaración de guerra por parte de los Estados Unidos y que culminó con la pérdida de la colonia de Cuba por parte de España.
De esta forma se materializó en la práctica el lema que funcionaba a nivel teórico desde hacía más de medio siglo y que decía “América para los americanos” (doctrina Monroe).
Y como en varias ocasiones en la historia del país norteamericano, un hecho terrible provocó una reacción inmediata que concluyó en una declaración de guerra. Una manera contundente de iniciar un conflicto con el apoyo de la opinión pública.
A ello contribuyó poderosamente la prensa sensacionalista americana que, desde el primer momento, acusó a España de estar detrás del atentado. Así empezó una agresiva campaña a favor de declarar la guerra a los españoles.
Pese a todos los esfuerzos diplomáticos por parte de las autoridades españolas en crear una comisión conjunta de investigación que aclarase el suceso, los norteamericanos rechazaron sin más esa iniciativa.
Al parecer no hubo explosión provocada desde fuera sino una implosión desde dentro, lo que vendría a dar por buena la teoría de que fue un acto premeditado para justificar por parte americana lo que vino después. Un pretexto para inmiscuirse en la política independentista del pueblo cubano y de esta forma apropiarse de su posible triunfo, arrebatándole el protagonismo de su emancipación como colonia.
El New York Journal agitando la bandera del sensacionalismo