Sobre el libro
Fecha de publicación: 3 de Junio de 2015
Número de páginas: 432
Sinopsis: En una carretera rural del sur de Francia, un hombre surge de la oscuridad y desencadena una serie de extraños acontecimientos, convirtiendo en una pesadilla las vidas del escritor Bert Amandale y su amigo Chucks Basil, una estrella de rock en horas bajas.
Opinión personal
No creo que a día de hoy quede mucha gente que no conozca la anterior novela de Mikel Santiago, 'La última noche en Tremore Beach', la cual ha recibido numerosas críticas positivas, alabando a su autor con comparaciones con profesionales de la talla de Stephen King o Jöel Dicker, consiguiendo además numerosas reediciones y vendiendo sus derechos de publicación a diferentes países. Sin duda esta novela ha supuesto toda una revolución y de ahí que su nuevo trabajo se esperase con muchísimas ganas. Cuando se llega a una novela con tan altas expectativas se corre un riesgo extra ¿estará a la altura? Y creo que con esta sensación nos hemos acercado muchos lectores, tímidamente pero desgarrando sus páginas con ansia.
En esta ocasión el misterio vuelve a ser el ingrediente principal, presente desde el primer acercamiento con una portada que augura preguntas y una sinopsis de lo más breve. Sin desvelar detalles más profundos, pero si para dejaros aún más con la miel en los labios, añadiré algunas frases a la sinopsis oficial. Bert Amandale y Chucks Basil son amigos desde hace años, cuando ambos vivían en Londres. Ya han pasado algunos años desde que vivían despreocupados y Bert es un escritor de éxito que decide trasladarse a la Provenza francesa con su familia, alejándose así del ritmo de vida londinense. Chucks, intentando no perder al único amigo que de verdad tiene, decide trasladarse a una casa cercana, y una noche, después de tomar unas cervezas, no puede evitar atropellar a un hombre que aparece de la nada. Tras darse a la fuga, los remordimientos le consumen y decide volver a socorrerle pero pasa de la sorpresa al miedo cuando descubre que no hay cuerpo ni rastro del accidente.
El estilo de Mikel Santiago queda presente a lo largo de la narración, y son tres los elementos que más me gustaron de su anterior trabajo y que he vuelto a identificar en esta. En primer lugar la construcción de los personajes, que con apenas unas pinceladas están perfectamente elaborados y son ricos en matices, por los que es fácil empatizar y sentir sus problemas como propios. Por otra parte todo lo relativo a la ambientación; y es que, aunque nos encontramos en la provenza francesa, en el transcurso de la historia se presentan dos lugares completamente opuestos, el de una región idílica, con campos cubiertos de coloridas flores y una tranquilidad más propia del paraíso que de la Tierra, y en contraposición las carreteras oscuras de curvas cerradas y el elitista ambiente del vecindario que torna de amable a siniestro. Con tan solo unas palabras el autor es capaz de transportarnos de un paisaje al otro y veremos como nuestra inquietud crece. Y por último, destacar la sensación que tienes al terminar una novela de este autor de que todos los interrogantes quedan resueltos, que no hay nada que haya quedado en el aire y nada que haya sucedido porque sí, la cuadratura del círculo queda resuelta y la historia perfectamente cerrada.
Nos encontramos ante una historia original, bien ejecutada, con protagonistas carismáticos y un ritmo perfecto para una novela de este género. Así qué, para quién se hiciese la pregunta con la que comenzaba la reseña; ¿estará a la altura de nuestras expectativas?, decirle que si, que con 'El mal camino' Mikel Santiago vuelve a lograrlo, vuelve a transportarnos a una historia llena sombras e interrogantes de la que no podremos, ni querremos salir, hasta verla resuelta.