Paréceme sumamente oportuno el dar comienzo á los refranes del Quijote con este pequeño prólogo con que Sancho Panza encabeza las consejas.
En el Quijote de Avellaneda se leen los dos siguientes, demasiado picaresco el segundo:
-Érase que se era, en buen hora sea, el mal que se vaya, el bien que se venga. -Érase que se era, que en buena hora sea, el bien que viniere para todos sea, y el mal para la manceba del abad, y calentura para la amiga del cura, dolor de costado para la ama del vicario, y gota de coral para el rufo sacristán; hambre y pestilencia para los contrarios de la Iglesia.