Era pequeño, pero fue la primera vez que escuché a mis vecinos gritar “Abajo Fidel”. Mi madre ese día no me dejó salir de la casa a jugar, pero por la ventana pude escuchar y ver a muchísima gente en la calle. Iban en bicicletas, otros caminaban con piedras y palos. Era la manifestación antigubernamental más importante que había ocurrido en Cuba desde 1959.
El calor, el hambre, los apagones de 10 a 12 horas, la escasez y la incertidumbre política que sufría la isla en ese entonces fueron el detonador que explotó la olla.
Aquel 5 de agosto de 1994, miles de personas se lanzaron a las calles de La Habana. Todo comenzó en la punta y luego se extendió a lo largo del Malecón. Las cámaras captaron todo lo ocurrido (Ver video).
Los disturbios ese día ocurrieron debido a la intercepción, por parte del régimen de Fidel Castro, de 4 embarcaciones ilegales que navegaban hacia las costas de Estados Unidos.
Los manifestantes comenzaron a tirar piedras a las vidrieras y a derribar tanques de basura. Por otro lado, camiones organizados por el Partido Comunista llegaban repletos de miembros de las brigadas constructoras para reprimir violentamente la protesta. Las brigadas antimotines con cascos y escudos recorrieron todo el Vedado y Centro Habana, y permanecieron en la calle por días.
Cuando la situación estuvo controlada, Fidel Castro dijo: “No nos oponemos a nada, a dejar que los que se quieran ir se vayan.”
En menos de 2 meses, más de 35,000 cubanos abandonaron la isla a bordo de balsas rústicas y embarcaciones caseras, lo cual fue conocido como la crisis de los balseros.
Hoy se cumplen 20 años de este hecho, donde por primera vez escuché a la gente gritar: ¡Abajo el Comunismo! ¡Abajo Fidel!
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