Con qué placer apretamos ahora el botón del mando de garaje, hasta que se nos olvide. Momento en que lo haremos tan automáticamente como el resto de las cosas. No soy capaz de precisar el tiempo que hacía que su predecesor no funcionaba como debía, ni el momento en que que tuvimos que sujetar la tapa que es preciso quitar para cambiar las pilas con cinta de celofán. Te acercabas a la puerta, y a la vez que apretabas el botón una decena de veces, mezclabas oraciones con improperios confiando en que algo de todo ello contribuyese a formular el hechizo que derribase la puerta. Nos consolaríamos inconscientemente pensando que al resto de los vecinos les pasaría lo mismo.
Un día me animé a comentárselo a uno de ellos. «Cambia las pilas, melón», me dijo (me tiene mucha confianza)», y bien que le hice caso, convencido de mi tontuna, hasta comprobar que el problema no podía ser tan sencillo. Estaba, estábamos resignados a la tiranía de esa tecnología de funcionamiento aleatorio. ¿O no dejan de funcionar todas las cosas con arreglo a vaya vd. a saber que leyes distintas de las de la lógica?: «No funciona», «¿pero lo has hecho bien?», «oh sí, como siempre», «algo habrás pasado por alto». «Pues no, querido», los demonios tienen cara de conejo…Y te haces al torpe funcionamiento de las cosas, y las personas. Tendrá que ser así, piensas.En casa tratamos de ser ecológicos, de ahorrar agua, y reciclar. Tenemos en la cocina un cubo de basura en el que el listón que divide lo plástico de lo orgánico debió romperse muy al principio. Ahora la barrita que hay allí se cae o se tira a cada rato de su sitio. He llegado a pensar que todos los cubos de basura son como el mío y por alguna extraña razón renuncio a tirarlo (¿a qué cubo?, ¿dónde se tiran los cubos de basura?) para reemplazarlo por uno que no tenga entre sus componentes tendencias rebeldes o suicidas.Nos adaptamos al mal funcionamiento, al mal estado de las cosas, que con el tiempo adquiere carta de naturaleza y se impone como normal. La fuerza de la costumbre se llama y un conformismo mal entendido y peor enfocado.Cambia el mandoCambia el cuboCambia el Mundo.