¿Qué pasa cuando un gobierno maneja de aquella manera el tiempo para gestionar la cosa pública?
Se me ocurren tres recientes casos que explicarían mi desazón cuando veo al Gobierno gestionar el "tempo" político:
1º Reforma del sistema financiero:
El viernes pasado, hubo una reunión del eurogrupo para diseñar, de forma urgente, una fórmula que permita rescatar a un país de la eurozona, evitando dejarlo al albur de los especuladores. Quieren, al parecer, diseñar un sistema que evite que los mercados financieros castiguen la improvisación. Pretenden así con estas medidas lanzar un mensaje de que la Unión Europea está unida.
Yo me pregunto: Han pasado más de dos años de la crisis financiera. ¿Por qúe no hicieron sus deberes a tiempo poniendo en marcha y de forma inmediata la regulación, tantas veces prometida, del sistema financiero? Me sigo preguntando si esos responsables políticos de la economía de la Unión Europea Desunida, siguen recibiendo sus cuantiosos salarios o parte de los mismos están asociados, como le pasa a muchos profesionales, a la obtención de resultados? Dado su gran ineficacia estoy convencida de que ellos mismos se han bajado el sueldo.
2º Renovación del Tribunal Constitucional:
¿Cuantos informes rechazados necesita el Gobierno para decidirse a tomar cartas en el asunto y tomar las riendas de la renovación del Tribunal Constitucional? Vamos por la cuarta ponencia y es ahora, aunque con voz tímida y semioscura, que el Gobierno empieza a dar señales de preocupación. ¿Qué pasa para que todo se vaya pudriendo por falta de decisión?
3º Adecuación de la Administración General del Estado:
El gobierno socialista lleva gobernando desde el 2004. ¿Cómo puede ser que en estos largos años no hayan estudiado a fondo la reforma de las Administraciones Públicas, estatal, autonómica y local? ¿Como puede ser que no hayan adecuado los diferentes ministerios a la realidad competencial del Estado? Les aseguro que no sabiendo del tema, se me ocurriría la desaparición de varios y la fusión de otros en pro de la racionalización. En definitiva, medidas serias y coherentes para la reducción del gasto público.
Nosotros los ciudadanos de a pie, a veces también de metro y de autobús, no podemos entender la torpeza y el retraso en la toma de decisiones de este Gobierno. Muchos ciudadanos nos mereceríamos un gobierno más eficaz y decidido.