El manganeso es un mineral que también se debe tomar en el embarazo dentro de una dieta equilibrada y con una cantidad mínima de 2 mg diarios en el embarazo. Tiene ventajas como su intervención en la síntesis de grasas e hidratos de carbono, además de absorción de hierro y calcio. Su principal función se encuentra en el desarrollo del oído, tanto interno como externo, del bebé.
El manganeso colabora en el desarrollo de huesos, páncreas, cartílagos y funciones enzimáticas, además de tener una acción de regulación glandular sobre el crecimiento y ser importante en la lactancia.
Para conseguir la cantidad de manganeso que se requiere basta con tener una dieta equilibrada que contenga variedad de granos de arroz, especialmente integral, aunque también se puede encontrar en espinacas, espárragos, legumbres, naranjas, manzanas, lechuga y avena, entre otros alimentos. No existen muchos estados de carencia de manganeso ya que una dieta variada suele aportar el manganeso que se necesita al día.
Sobre todo se requiere manganeso en la lactancia, ya que en las primeras semanas las necesidades son cinco veces mayores que las que aporta la leche materna, y aún así no suelen existir carencias de este mineral. Sí pueden existir problemas en caso de cantidades excesivas, aunque con una dieta sana y equilibrada no se suele dar estos casos ya que no se consume más de lo necesario en manganeso. Sólo se pueden tomar complementos de manganeso si lo recomienda un médico, al menos en las primeras 14 semanas del embarazo.
Se utiliza también en caso de síndrome premenstrual, además de que ayuda a proteger contra los problemas de parto e incluso la infertilidad.
Aunque el manganeso es importante también en el embarazo no hay que preocuparse por ello ya que con tener una dieta equilibrada se logra la cantidad de manganeso necesaria en el embarazo.
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