Para encontrar el tesoro, lo primero es el mapa. El modo de dibujar ese mapa nos los cuentan Álex Rovira y Francesc Miralles en su nuevo libro que puede recoger lecciones que suenen a obvias pero precisamente por ello han sido obviadas.
Los autores cuentan que los estudios que recibimos están orientados a domesticarnos para ser un buen trabajador pero no un emprendedor. Nos han convencido que seguir un mapa del tesoro hasta la "x" es difícil y no merece la pena arriesgar lo que supone el viaje. Y, al final, como escribió García Márquez de nota introductoria a un libro de la popular Mafalda, nos convertimos en adultos miserables que se cepillan los dientes, trabajan por dinero, se casan sin amor y se ahogan en un plato de sopa.El mapa del tesoro nos invita e indica el modo de ser personas activas que no esperan sencillamente la causa efecto en sus vidas, que no esperen que el exterior les obligue a moverse de pensamiento o de posición. Ahora bien, subrayan los autores, una cosa es localizar el oro y otra ir a buscarlo.