Revista Cultura y Ocio
Los Montes de Toledo al concluir la Guerra Civil (1936 1939), se convierten en un gran de refugio donde llegan milicianos de los frentes del Tajo, Extremadura y la Mancha, sirviendo de puente para huir unos a Portugal o simplemente de refugio ocasional para unos y permanente para otros.
A estos primeros refugiados se les denomina “huidos”. Fueron algunos de ideología marxista, politizados que pronto se alzaron con la jefatura de algunas partidas. Otros fueron gentes con graves delitos cometidos al principio de la guerra relacionados con los “paseos”, fusilamientos indiscriminados por razones de ideología o religión, destrucción del patrimonio artístico, de la propiedad, etc…; también se cuenta entre los huidos restos del ejército republicano que no pudieron ponerse a salvo tras las fronteras.
Al poco tiempo estos últimos se fueron entregando seguidos de algunos militares profesionales, quedando en la sierra grupos de marginados que se afianzaron en las zonas que les eran familiares y donde mejor podían subsistir. A partir de 1944 se arroparon con un barniz de guerrilla o resistencia con la esperanza de que la situación internacional apoyaría la “invasión comunista del Pirineo” en cuyo teórico avance contaría con el apoyo táctico de las agrupaciones guerrilleros organizadas por el partido comunista, el “maquis”, como también se les conoció. Trata de organizarse en los Montes de Toledo con el llamado Ejército Guerrillero del Centro.
Salvoconducto de 1941 expedido en San Pablo de los Montes, donde aparece el epírae “Zona de Guerra”. Fué documento impresindible para circular por los Montes de Toledo en la posguerra.
En 1945 quedaron organizadas dos agrupaciones de guerrilleros en Castilla la Nueva y Extremadura; la primera conocida como agrupación de Extremadura al mando del “comandante Carlos”. La segunda agrupación nominada de los Montes de Toledo y comandada por Julio fue también fraccionada en tres divisiones al mando de Labija, el Manco y el comandante Honorio, con base de operaciones en la provincia de Ciudad Real. Esta organización sobrevivió con dificultades hasta 1947, año en que desapareció por bajas, deserciones y dispersión de los últimos componentes.
Para erradicar el maquis luchó el ejército y la Guardia Civil esta última institución a través de sus esquemas ordinarios de apostaderos, batidas, vigilancia, etc… y de servicios extraordinarios, con un cuerpo especial de infiltración conocido por “contrapartida”.
Partida (foto de la izquierda) y contrapartida (foto de la derecha)
En 1954 desaparecen los últimos bandoleros. La evolución de huido, guerrillero y bandolero fue rápida debido a múltiples causas, entre ellas a la poca preparación militar, la falta de organización estable, de jefes capaces, de apoyos suficientes entre la población civil, los continuos fracasos, la indisciplina y su espíritu de sobrevivir más que de combatir. Durante los doce años de la posguerra en los Montes de Toledo se vivió esta otra, solapada, bajo la tutela militar que sufrieron especialmente las zonas más agrestes y menos pobladas; pagando mayores costos sociales y económicos quienes vivían en y de la sierra como ganaderos, carboneros, transportistas, pequeños agricultores y comerciantes.
Una de las primeras partidas que conocemos de la posguerra es la de el Rubio de Navahermosa alias de Eugenio Sánchez natural de esta localidad. Su área de acción fue los montes cercanos a su pueblo donde incluso solía pernoctar. Capitanea una partida poco numerosa con gentes de la comarca. El Rubio fue descubierto en la noche del 5 de abril de 1942 cuando pretendía entrar clandestinamente en Navahermosa, por una patrulla del Somatén y muerto en el encuentro.
Otro huido que merodeó con algunos compañeros en la vertiente del Torcón y macizo del Corral de Cantos fue Valentín Gil alias el Chato, natural de La Puebla de Montalbán. Comenzó a realizar actividades de espionaje en la zona nacional. Detenido por primera vez huyó de la cárcel de Navahermosa. Al poco tiempo, capturado de nuevo por la Guardia Civil en un molino del Torcón, se le juzgó y fusilo en abril de 1941. junto a las tapias del cementerio de Navahermosa.
La partida de Quincoces estaba encuadrada en el llamado Ejército Guerrillero del Centro. Fue un caso de transformación de partidas de “huidos” en “guerrilleros políticos” para volver de nuevo a la delincuencia común. Sus acciones más conocidas se desarrollaron entre Los Yébenes y la Jara. Cometieron numerosos robos, asaltos y varios secuestros. Esta partida fue diezmada por apresamientos y muertes. Quincoces fue muerto por la Guardia Civil en termino de Valdelacasa de Tajo el 28 de diciembre de 1945: era natural de Aldeanueva de San Bartolomé.
Joaquin Cintas alias Chaqueta Larga natural de Fuenlabrada de los Montes, provincia de Badajoz, agrupo numerosos huidos afines a su ideología comunista, organizando una agrupación guerrillera disciplinada que recorrió Extremadura, la provincia de Toledo y el norte de Andalucía. Se evadió a Francia en 1948.
Muy temida fue la partida de el Manco de Agudo como se conocía a José Méndez Jarramago de nacimiento. Sus acciones crueles son conocidas en todos los Montes de Toledo. Los secuestros, robos y asesinatos de esta partida se cuentan por las provincias de Toledo, Ciudad Real, Cáceres y Badajoz. El Manco de Agudo fue muerto en 1949.
Con evadidos de las cárceles de Toledo y Ciudad Real se formo la partida de el Comandante o de Honorio como también se la conocía. Tuvo un carácter inicial político y estaba encuadrada en la segunda agrupación guerrillera de los Montes de Toledo. Su actividad fue conocida en Los Yébenes, Retuerta. San Pablo y en la zona central de la cordillera. Su jefe se fugó, a Francia, en 1949
.BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES CONSULTADAS
/AGUADO Sánchez, F.: “Antecedentes históricos del cuerpo de la Guardia Civil’. Revista de Estudios Históricos de la Guardia Civil, 2 (1968). El maquis en España, Madrid, 1975.ALIA MIRANDA F.: La guerra civil en Retaguardia. Ciudad Real ( 1936-1935) Biblioteca Autores manchegos. Diputación provincial Ciudad Real.ALONSO REVENGA, P. “Moraleda, el último bandolero de los Montes de Toledo. Boletín Montes de Toledo, 23. Toledo, 1983, pp. 37.ANÓNIMO. Breve reseña que el Ayuntamiento de la muy noble leal y antigua villa de Orgáz hace de las víctimas inmoladas por la facción Palillos el día 25 de febrero del año 1838. Toledo, 1906.ANÓNIMO. El bandolerismo en los Montes de Toledo y su extinción. Madrid, 1880.ANÓNIMO. “Los vandidos (sic) de Toledo. Barcelona, s/f. facsímil. Boletín Montes de Toledo, 13 Toledo, 1981, pp.7- 13.ARCHIVO de la Diputación Provincial de Toledo. Actas de 1837 hasta 1882.ARCHIVO Judicial de Navahermosa. Libros de fallecidos 19391945.ARCHIVO Municipal de Talavera de la Reina. Actas de la Junta de Sanidad, año 1804.ARCHIVO de la Santa Caridad. Parroquia de Santa Justa y Rufina. Toledo.B. D’ESCLOT.: Crónica del Rey en Pere. (Edición Buche~n, 1842).B.O.P. Ciudad Real del año 1835 a1882.B.O.P. Toledo del año 1835 a1882.J, KAISER C.: La guerrilla antifranquista. Historia del maquis. Ed. 99. Madrid, 1976.LóPE DE VEGA, C.: “Las dos bandoleras y fundación de la Santa Hermandad de Toledo. Biblioteca de autores españoles. Tomo CCXI. Madrid.MORENO MONTERO, I.: “Historia de una partida de bandidos en los Montes de Toledo. II Certamen literario para la Tercera Edad. Diputación Provincial Toledo, 1986, pp. 53-74.MORENO NIETO, L.: Historia de la Diputación Provincial de Toledo. Toledo. 1986.MUNILLA GÓMEZ, E.: “Consecuencia de la lucha de la Guardia Civil contra el bandolerismo en el periodo 1943 – 52″. Revista de Estudios Históricos de la Guardia Civil, 2 (1968)PALENCIA FLORES C.: Museo de la Santa Hermandad de Toledo. Toledo, 1958.PÁRAMO, A.: “La Santa Hermandad Vieja de Toledo y su Cárcel Real- . Boletín de la Sociedad Española de Excursiones. Tome XXXIII (1925) Madrid.PONS PRADES, E.: Guerrillas españolas. 1936-1960. Edición Planeta. Barcelona, 1977.RODRÍGUEZ DE GRACIA, H.: La guerra de los siete años en Toledo (1833-1840). IPIET. Temas Toledanos. 57.Toledo, 1988.SÁNCHEZ BENITO, J.M.: Santa Hermandad vieja de Toledo, Talavera y Ciudad Real. C A.P Toledo, 1987.SUEIRO, D. y LLAMAS, R.: Crónicas de los Montes de Toledo. Ed. Penthalon. Madrid, 1982.VILLALOBOS V. L.: Bandoleros en los Montes de Toledo: Castrola y su amigo Farruco. Ciudad Real, 1983. Ventura Leblic García, académico numerario de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, Presidente de la Asociación Cultural Montes de Toledo.
Fuente: http://fontanarejo.wordpress.com/2007/07/19/de-los-golfines-al-maquis/
A estos primeros refugiados se les denomina “huidos”. Fueron algunos de ideología marxista, politizados que pronto se alzaron con la jefatura de algunas partidas. Otros fueron gentes con graves delitos cometidos al principio de la guerra relacionados con los “paseos”, fusilamientos indiscriminados por razones de ideología o religión, destrucción del patrimonio artístico, de la propiedad, etc…; también se cuenta entre los huidos restos del ejército republicano que no pudieron ponerse a salvo tras las fronteras.
Al poco tiempo estos últimos se fueron entregando seguidos de algunos militares profesionales, quedando en la sierra grupos de marginados que se afianzaron en las zonas que les eran familiares y donde mejor podían subsistir. A partir de 1944 se arroparon con un barniz de guerrilla o resistencia con la esperanza de que la situación internacional apoyaría la “invasión comunista del Pirineo” en cuyo teórico avance contaría con el apoyo táctico de las agrupaciones guerrilleros organizadas por el partido comunista, el “maquis”, como también se les conoció. Trata de organizarse en los Montes de Toledo con el llamado Ejército Guerrillero del Centro.
Salvoconducto de 1941 expedido en San Pablo de los Montes, donde aparece el epírae “Zona de Guerra”. Fué documento impresindible para circular por los Montes de Toledo en la posguerra.
En 1945 quedaron organizadas dos agrupaciones de guerrilleros en Castilla la Nueva y Extremadura; la primera conocida como agrupación de Extremadura al mando del “comandante Carlos”. La segunda agrupación nominada de los Montes de Toledo y comandada por Julio fue también fraccionada en tres divisiones al mando de Labija, el Manco y el comandante Honorio, con base de operaciones en la provincia de Ciudad Real. Esta organización sobrevivió con dificultades hasta 1947, año en que desapareció por bajas, deserciones y dispersión de los últimos componentes.
Para erradicar el maquis luchó el ejército y la Guardia Civil esta última institución a través de sus esquemas ordinarios de apostaderos, batidas, vigilancia, etc… y de servicios extraordinarios, con un cuerpo especial de infiltración conocido por “contrapartida”.
Partida (foto de la izquierda) y contrapartida (foto de la derecha)
En 1954 desaparecen los últimos bandoleros. La evolución de huido, guerrillero y bandolero fue rápida debido a múltiples causas, entre ellas a la poca preparación militar, la falta de organización estable, de jefes capaces, de apoyos suficientes entre la población civil, los continuos fracasos, la indisciplina y su espíritu de sobrevivir más que de combatir. Durante los doce años de la posguerra en los Montes de Toledo se vivió esta otra, solapada, bajo la tutela militar que sufrieron especialmente las zonas más agrestes y menos pobladas; pagando mayores costos sociales y económicos quienes vivían en y de la sierra como ganaderos, carboneros, transportistas, pequeños agricultores y comerciantes.
Una de las primeras partidas que conocemos de la posguerra es la de el Rubio de Navahermosa alias de Eugenio Sánchez natural de esta localidad. Su área de acción fue los montes cercanos a su pueblo donde incluso solía pernoctar. Capitanea una partida poco numerosa con gentes de la comarca. El Rubio fue descubierto en la noche del 5 de abril de 1942 cuando pretendía entrar clandestinamente en Navahermosa, por una patrulla del Somatén y muerto en el encuentro.
Otro huido que merodeó con algunos compañeros en la vertiente del Torcón y macizo del Corral de Cantos fue Valentín Gil alias el Chato, natural de La Puebla de Montalbán. Comenzó a realizar actividades de espionaje en la zona nacional. Detenido por primera vez huyó de la cárcel de Navahermosa. Al poco tiempo, capturado de nuevo por la Guardia Civil en un molino del Torcón, se le juzgó y fusilo en abril de 1941. junto a las tapias del cementerio de Navahermosa.
La partida de Quincoces estaba encuadrada en el llamado Ejército Guerrillero del Centro. Fue un caso de transformación de partidas de “huidos” en “guerrilleros políticos” para volver de nuevo a la delincuencia común. Sus acciones más conocidas se desarrollaron entre Los Yébenes y la Jara. Cometieron numerosos robos, asaltos y varios secuestros. Esta partida fue diezmada por apresamientos y muertes. Quincoces fue muerto por la Guardia Civil en termino de Valdelacasa de Tajo el 28 de diciembre de 1945: era natural de Aldeanueva de San Bartolomé.
Joaquin Cintas alias Chaqueta Larga natural de Fuenlabrada de los Montes, provincia de Badajoz, agrupo numerosos huidos afines a su ideología comunista, organizando una agrupación guerrillera disciplinada que recorrió Extremadura, la provincia de Toledo y el norte de Andalucía. Se evadió a Francia en 1948.
Muy temida fue la partida de el Manco de Agudo como se conocía a José Méndez Jarramago de nacimiento. Sus acciones crueles son conocidas en todos los Montes de Toledo. Los secuestros, robos y asesinatos de esta partida se cuentan por las provincias de Toledo, Ciudad Real, Cáceres y Badajoz. El Manco de Agudo fue muerto en 1949.
Con evadidos de las cárceles de Toledo y Ciudad Real se formo la partida de el Comandante o de Honorio como también se la conocía. Tuvo un carácter inicial político y estaba encuadrada en la segunda agrupación guerrillera de los Montes de Toledo. Su actividad fue conocida en Los Yébenes, Retuerta. San Pablo y en la zona central de la cordillera. Su jefe se fugó, a Francia, en 1949
.BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES CONSULTADAS
/AGUADO Sánchez, F.: “Antecedentes históricos del cuerpo de la Guardia Civil’. Revista de Estudios Históricos de la Guardia Civil, 2 (1968). El maquis en España, Madrid, 1975.ALIA MIRANDA F.: La guerra civil en Retaguardia. Ciudad Real ( 1936-1935) Biblioteca Autores manchegos. Diputación provincial Ciudad Real.ALONSO REVENGA, P. “Moraleda, el último bandolero de los Montes de Toledo. Boletín Montes de Toledo, 23. Toledo, 1983, pp. 37.ANÓNIMO. Breve reseña que el Ayuntamiento de la muy noble leal y antigua villa de Orgáz hace de las víctimas inmoladas por la facción Palillos el día 25 de febrero del año 1838. Toledo, 1906.ANÓNIMO. El bandolerismo en los Montes de Toledo y su extinción. Madrid, 1880.ANÓNIMO. “Los vandidos (sic) de Toledo. Barcelona, s/f. facsímil. Boletín Montes de Toledo, 13 Toledo, 1981, pp.7- 13.ARCHIVO de la Diputación Provincial de Toledo. Actas de 1837 hasta 1882.ARCHIVO Judicial de Navahermosa. Libros de fallecidos 19391945.ARCHIVO Municipal de Talavera de la Reina. Actas de la Junta de Sanidad, año 1804.ARCHIVO de la Santa Caridad. Parroquia de Santa Justa y Rufina. Toledo.B. D’ESCLOT.: Crónica del Rey en Pere. (Edición Buche~n, 1842).B.O.P. Ciudad Real del año 1835 a1882.B.O.P. Toledo del año 1835 a1882.J, KAISER C.: La guerrilla antifranquista. Historia del maquis. Ed. 99. Madrid, 1976.LóPE DE VEGA, C.: “Las dos bandoleras y fundación de la Santa Hermandad de Toledo. Biblioteca de autores españoles. Tomo CCXI. Madrid.MORENO MONTERO, I.: “Historia de una partida de bandidos en los Montes de Toledo. II Certamen literario para la Tercera Edad. Diputación Provincial Toledo, 1986, pp. 53-74.MORENO NIETO, L.: Historia de la Diputación Provincial de Toledo. Toledo. 1986.MUNILLA GÓMEZ, E.: “Consecuencia de la lucha de la Guardia Civil contra el bandolerismo en el periodo 1943 – 52″. Revista de Estudios Históricos de la Guardia Civil, 2 (1968)PALENCIA FLORES C.: Museo de la Santa Hermandad de Toledo. Toledo, 1958.PÁRAMO, A.: “La Santa Hermandad Vieja de Toledo y su Cárcel Real- . Boletín de la Sociedad Española de Excursiones. Tome XXXIII (1925) Madrid.PONS PRADES, E.: Guerrillas españolas. 1936-1960. Edición Planeta. Barcelona, 1977.RODRÍGUEZ DE GRACIA, H.: La guerra de los siete años en Toledo (1833-1840). IPIET. Temas Toledanos. 57.Toledo, 1988.SÁNCHEZ BENITO, J.M.: Santa Hermandad vieja de Toledo, Talavera y Ciudad Real. C A.P Toledo, 1987.SUEIRO, D. y LLAMAS, R.: Crónicas de los Montes de Toledo. Ed. Penthalon. Madrid, 1982.VILLALOBOS V. L.: Bandoleros en los Montes de Toledo: Castrola y su amigo Farruco. Ciudad Real, 1983. Ventura Leblic García, académico numerario de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, Presidente de la Asociación Cultural Montes de Toledo.
Fuente: http://fontanarejo.wordpress.com/2007/07/19/de-los-golfines-al-maquis/
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