Revista Cultura y Ocio
Propongo desde este blog una cosa. Incluso podemos pedir firmas en Change.org. Mi propuesta es cambiar el nombre de Mar Mediterráneo por el de Mar Muerto. Ciertamente esto no va a cambiar las tragedias que allí se están produciendo últimamente, pero quizá nos devuelva esa vergüenza que hace tiempo que perdimos, esa humanidad que, desde luego, ya no tenemos.
Están muriendo seres humanos a centenares, a millares, en las aguas del Mediterráneo y a nadie le importa. Seres humanos que huyen de las guerras, del terrorismo, del fanatismo religioso, y que buscan una oportunidad para vivir. Y por el camino lo pierden todo, pierden hasta la vida. Y a nosotros nos da igual. Mientras mueran y se hundan en el mar nadie los echará en falta. La cosa no va con nosotros mientras no lleguen a nuestras costas,vivos o muertos.
La única solución que se les ocurre a las mentes brillantes que nos gobiernan es hacer vallas más altas, es militarizar el mar para interceptar (que no rescatar) barcos con inmigrantes, es devolverlos a su país. Y yo me pregunto: ¿Somos seres humanos? ¿Empatizamos con el sufrimiento ajeno?
Viendo carteles como éste de la derecha italiana lo dudo mucho:
Y no solo en Italia. En España, "periodistas" (por llamarlos de alguna manera) como Hermann Terstch se dedican a criminalizar a los inmigrantes que tratan de llegar a Europa. Esa es la humanidad de los que presumen de caridad cristiana. Ser unos hijos de puta (que me perdonen sus madres, que seguramente serán unas santas).
Hace ya unos años colgué un post sobre este tema. Hoy, ese texto sigue de plena vigencia. Algún día seremos nosotros los que tengamos que atravesar continentes a pie y arriesgarnos en mares embravecidos con barcas que se caen a trozos con solo mirarlas. Entonces suplicaremos clemencia. La clemencia y humanidad que ahora no tenemos.