EL MARCIANO, de ANDY WEIR
No suelo leer ciencia ficción, pero después de ver las increíbles opiniones que iban apareciendo sobre este libro, no me pude resistir. Ahora entiendo el porqué de las alabanzas; quizá no me ha conquistado tanto como a otras personas, pero lo he disfrutado de igual forma. El argumento es cuanto menos atrayente: un astronauta es abandonado en Marte después de que sus compañeros de tripulación lo den por muerto. Tendrá que utilizar todas sus habilidades y astucia para sobrevivir el tiempo necesario para ser rescatado, eso siempre y cuando alguien se dé cuenta de que sigue vivo. Uno de los puntos más fuertes del libro es, en mi opinión, la personalidad del protagonista. Mark se toma todo con mucho sentido del humor, hasta en los peores momentos, consiguiendo que el lector no se aburra en medio de tantas explicaciones sobre qué tiene que hacer, cómo, por qué, en cuanto tiempo, y un gran etcétera. Tengo que reconocer que llegado un punto yo ya no tenía ni idea de qué se traía entre manos, pero como tenía pinta de estar él muy seguro de todo... pues por mí estupendo. Sin más. Tampoco es cuestión de estar rompiéndote la cabeza demasiado. McGuiver hacía de todo y nadie le ponía pegas, ¿no? Pues Mark Watney también. El pobre tiene muy mala suerte, hay que decirlo, parece que Marte le tiene manía. Es una complicación detrás de otra, con una atmósfera bastante asfixiante. Pero ahí está el atractivo del libro: la supervivencia en un entorno hostil y con muy pocos recursos. Es una historia creíble, pero poco realista. Es decir, el autor utiliza términos, y nos presenta situaciones, que nos parecen creíbles actualmente, sin ser un libro que dé la sensación de futurista. Sin embargo llega un punto en el que la conveniencia y las casualidades resultan demasiado forzadas. No obstante es un libro que, como digo, se disfruta. Con el que pasar un rato más que entretenido. Lo único malo que le añadiría a lo ya comentado es que, de los personajes secundarios, pocos han sido los que me han llamado la atención. El autor se centra en Mark, pero tampoco profundiza demasiado. Es el protagonista de una aventura increíble y ese debe de ser su papel. Recomendable para todos los lectores, incluso para aquellos a los que no les guste demasiado el género. Ahora toca esperar la película; esperemos que esté a la altura o que incluso lo llegue a superar.
LA MÚSICA DEL SILENCIO, de PATRICK ROTHFUSS
Todavía no sé muy bien qué pensar de esta historia corta. Me encanta Auri, me encanta su forma de ser, su mente, su mundo, su... todo. No me separé del libro en ningún momento, incluso cuando no entendía absolutamente nada. Es seductor y fascinante. Sin embargo, su complejidad y la falta de una trama clara que seguir, de algo de acción, de más personajes, diálogos, etc., me ha dejado una sensación rara e incluso mala. Como si me hubiera quedado a las puertas de un mundo maravilloso, observándolo pero sin llegar a entenderlo del todo, y siendo expulsada de él demasiado pronto. Te quedas con la miel en los labios. Aún así, los pocos días que pasamos con Auri en la Subrealidad son únicos e increíbles. Cómo ve su entorno, cómo todo lo que le rodea cobra vida propia y le afecta de una u otra forma, es extraordinario. Patrick Rothfuss consigue que sintamos una gran ternura y cariño por este encantador personaje, ¡además de por objetos inanimados! Quién lo iba a decir... Además, de alguna forma nos identifiquemos con ella a través de frases maravillosas.
Al final se le pasó el enfurruñamiento. Al final se tranquilizó lo suficiente para comprender lo que había pasado.No obstante, no creo que sea un libro para todo el mundo, ni siquiera para aquellos a los que les haya gustado El nombre del viento y El temor de un hombre sabio, ya que no tienen nada que ver. Tengo la sensación de que una segunda o tercera lectura les vendría muy bien a todas aquellas personas que no han quedado del todo convencidas, como es mi caso. Me ha gustado y lo he disfrutado, sí, pero después de terminarlo no sabía si ponerle la máxima puntuación o la mínima. Esta última no va a ser, obviamente, pero tampoco soy capaz de encontrarle una adecuada. Tengo sentimientos encontrados. Creo que, al igual que hace Auri con todos sus objetos, hay que buscarle el lugar correcto. En mi caso es un lugar intermedio entre una gran fascinación y una considerable frustración.
No podías nadar contra la corriente ni cambiar la dirección del viento. ¿Y si había tormenta? Pues tenías que atrancar las escotillas y achicar, y no soltar las jarcias. ¿Cómo iba a ayudar sin estropearlo todo, dado el estado en que se encontraba?
Se había alejado de la verdadera naturaleza de las cosas. Primero te arreglas tú. Luego, tu casa. Luego, tu rincón del cielo. Y después...
En realidad, no sabía muy bien qué pasaba después. Pero confiaba en que, después de eso, el mundo empezara a ocuparse un poco de sí mismo, como un reloj de engranajes bien ajustados y engrasados.