El mate, infusión muy popular en las zonas de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay y en algunas partes de Sudamérica está siempre presente en cualquier horario, sin importar la rutina, ese fiel amigo y compañero.
Quizá en gran parte del planeta sea aún desconocido o poco a poco se esté conociendo, pero déjenme decirles que no tiene día y horario y está presente para compartir charlas, anécdotas o simplemente en silencio se ceba el mate.
Sin importar dónde uno esté, sea en su propia casa o en otro lugar están el termo, la bombilla, el recipiente, la yerba mate, la pava con agua caliente y el azúcar u otro endulzante (muchas personas lo prefieren amargo) para compartir el momento.
Hay diversas maneras de prepararlo, pero una forma común y sencilla es la siguiente:
-llenar la pava con agua y calentarla en el fuego, sin que llegue a hervir y colocarla en un termo para que no se enfríe.
-colocar 2/3 aproximadamente de yerba mate en el recipiente junto a la bombilla, además colocarle un poco de azúcar sobre ella, cada vez que se sirve.
-volcar el agua del termo en el recipiente sobre la yerba cada vez que se sirve.
-por último, aspirar sobre la bombilla (evitar el polvo de la yerba), para tomar el agua que se sirvió junto a la yerba.
Ésta es la forma más sencilla de prepararlo, ya que posee una gran cantidad de variantes, pero que siempre se puede sentir el placer de disfrutarlo.