Revista Cultura y Ocio
El materialismo asume que la forma puede reducirse a la materia. Pero esto es un error evidente, ya que no hay medio entre detener y ser detenido, por lo que todo lo que existe está en uno u otro extremo. Luego, si en el mismo sujeto no pueden darse simultáneamente dos predicados opuestos, nada puede detener y ser detenido en unidad de ser y de acto, sino que en un mismo instante uno detendrá y otro será detenido. Ante esta tesitura tenemos dos opciones: afirmar que el que detiene y es detenido es un mismo ser con dos sujetos distintos, o postular que son dos seres distintos. Lo primero impide hacer de la materia el único principio, pues ¿cómo será principio de todo lo que es opuesto a sí mismo, A y no-A? Lo segundo conduce a una visión dualista en la que la unidad de principio queda excluida de un modo radical.
Llamar X a lo que es simultáneamente A y no-A carece de todo sentido. Habría que denominarlo X y no-X, o al menos X e Y. Pero el materialista llama materia a una cosa y su contraria y cree con ello haber superado el hilemorfismo.