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El matrimonio en el México Antiguo: Estudio de la ceremonia mediante el análisis iconográfico de la lámina 61r del Códice Mendoza

Publicado el 25 febrero 2014 por Víctor Barrera Alarcón
Hoy pongo sobre la mesa una imagen muy valiosa, cargada de información sobre la celebración del rito del matrimonio entre los antiguos mexicas: la lámina 61r del Códice de Mendoza.

El matrimonio en el México Antiguo: Estudio de la ceremonia mediante el análisis iconográfico de la lámina 61r del Códice Mendoza

Fig.1: Lámina 61r del Códice de Mendoza (mitad inferior)

Antes de comenzar con el análisis iconográfico sería recomendable conocer un poco más sobre el propio códice, para ello diremos que su realización sería encargada  por el Virrey de la Nueva España Antonio de Mendoza (1535-1550), de ahí que se conozca como Códice de Mendoza o Códice Mendocino. Hemos de señalar también que fue realizado por los Tlacuilos o los escribas-pintores mexicas, por lo que su manufactura sería azteca. Posee un formato "tipo biombo" característico de muchos códices mesoamericanos, y un sistema de codificación mixto: por un lado el sistema pictoglífico mexica, y al mismo tiempo, la escritura alfabética latina, añadida posteriormente para interpretar lo allí plasmado. Con respecto a su contenido apreciamos que se divide en tres secciones cláramente diferenciadas: La primera (que correspondería a las dieciséis primeras páginas) correspondería a la historia de la nación mexica. La segunda (que correspondería a las treinta y nueve páginas siguientes) muestra los diferentes altépetl (entidad tanto étnica como territorial) que se hallarían sometidos al dominio mexica, así como sus atribuciones. Y por último, la tercera (que correspondería nuevamente a otras dieciséis páginas) nos hablaría de la vida cotidiana en el antiguo México-Tenochtitlan.
Comenzando con el análisis iconográfico señalaremos los puntos principales de la imagen (señalados abajo):
  • Partiendo desde el nivel inferior podemos observar cómo la comitiva presidida por la matrona lleva a cuestas a la novia hasta la casa del novio (Fig. 2, círculos rojos) donde se sentará al lado de su prometido.
  • Ambos novios se sentarán uno al lado del otro (Fig. 2, círculo azul)y se cogerán la mano (ella tomará la mano derecha de él, mientras que éste hará lo propio con la mano izquierda de su prometida). 
  • Tras el regalo de vestidos por parte de las respectivas suegras, comenzará la ceremonia propiamente dicha la cual consistirá principalmente en que las casamenteras anuden una de las esquinas del huipil (blusa o vestido adornado) de la novia con una de las esquinas del manto del novio (Fig. 2, círculo amarillo). 
  • La ceremonia siempre habría de realizarse en presencia de un número importante de testigos, en el caso de la imagen aportada por el Códice de Mendoza vemos cuatro viejos que aconsejarán a la joven pareja (Fig. 2, círculos verdes).
Tras cuatro días en los que la pareja habría de estar sumida en la oración y la penitencia, se produciría la consumación del matrimonio, la cual sería festejada con una grandiosa fiesta, repleta de bailes e intercambio de regalos.

El matrimonio en el México Antiguo: Estudio de la ceremonia mediante el análisis iconográfico de la lámina 61r del Códice Mendoza

Fig.2: Lámina 61r del Códice de Mendoza (mitad inferior). Editada


Una vez analizada la imagen pasaremos a conocer algunas pinceladas sobre la institución social del matrimonio.
Es bien conocida la poligamia en la nobleza mexica, no obstante, la ceremonia matrimonial sólo se celebraría una vez y con una sola mujer, quien pasaría a ser la esposa principal. Pese a no tener una ceremonia matrimonial como la esposa principal, se tenía mucha consideración con las esposas secundarias cuyos hijos tendrían los mismo derechos sucesorios que los vástagos de la esposa principal.
Un último elemento que destacaremos del matrimonio entre los antiguos mexicas son los derechos de la mujer, en muchos casos tan amplios que llegan a sorprendernos, especialmente si la mujer pertenecía a la nobleza, ya que los bienes materiales de la recién casada no pasarían a ser propiedad del novio, sino que los podía conservar íntegros. Así mismo, la mujer podía pedir el divorcio y siempre que el juicio se resolviese a su favor tenía derecho a quedarse con la mitad de los bienes conyugales, así como con la custodia de los hijos.
Referencias Bibliográficas:
-CERVERA, M. A.; Breve historia de los Aztecas; Nowtilus; Madrid; 2008.

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