Buenas Luis,
Tengo vendedores a los que se la suda literalmente las formaciones, ellos dicen que les interesan, pero hay que andar detrás de ellos para que las hagan. Las tuyas, que son la hostia, me cuesta horrores.
Y una vez que consigo que hagan las dichosas formaciones no consigo que lo apliquen, siguen confiando en la improvisación y en lo que ellos creen que es mejor (con resultados pésimos, claro).
Mi pregunta: ¿Como hacer que se enganchen y hagan caso?
Mi respuesta: no puedes.
Puedes llevar al caballo al río pero no puedes obligarle a beber.
O como siempre digo a mis clientes: estoy aquí para asesorarte, no para convencerte.
Añadía su jefe en otro email:
Yo creo que no les gusta el dinero.
O que no relacionan que aprendiendo más ganarán más.
Caliente, pero no.
El motivo me lo dijo una vendedora después de preguntarle insistentemente por qué no copiaba las técnicas de su compañero, que vendía 8 veces lo que ella:
«Luis, no todos tenemos tanto interés en nuestro trabajo como tú.»
Como sabes, toda frase tiene una motivación ulterior, y esta está clara: pánico al dinero.
El dinero acojona.
Tienes que hacer algo con él. Te da poder. Y libertad.
¿Qué haces si, de repente, te levantas una mañana con libertad después de toda una vida en la que alguien te ha dictado día a día, hora a hora, lo que hacer?
Estás jodido.
Primeto tus padres, luego tus profesores, luego tus jefes. Del estado mejor ni hablamos.
Te han atrofiado el instinto de supervivencia.
Los que acusaban por el balcón durante la pandemia.
Los haters.
Un fulano dedicando su tiempo a criticar a alguien a quien le va mejor en lugar de trabajar para su éxito.
¿No te parece obvio?
Los que no se forman.
Los que compran formaciones pero no las hacen.
Los que las hacen pero no las aplican.
Los que las aplican bajo su criterio.
Los que siempre tienen otra prioridad que vender.
Miedo, miedo, miedo.
Como la técnica que cuento en el newsletter.
Algo que me garantizó suficientes ventas incluso cuando no tenía ni idea de ventas.
Una técnica que te asegura ser el vendedor en el que más confía el cliente pontencial.
Algo que algunos no escucharán, algo que bastantes no aplicarán, algo que, precisamente por eso, permite vender enormes cantidades sin demasiado esfuerzo.
Algo que da mucho miedo.
El mayor miedo de los vendedores.
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Marcando esto aceptas la política de privacidadLa entrada El mayor miedo de los vendedores se publicó primero en mongemalo.