El mechero rojo y otros relatosLorena Flores y Marta FernándezASIN: B00CGAKHOGFormato: Digital– 136 Págs Editorial: Autoeditado
Cuenta una leyenda china que todos estamos unidos por un hilo rojo invisible. Une aquello que está destinado a encontrarse a pesar del tiempo, del lugar y de las circunstancias. Dicen que el hilo podrá tensarse o enredarse, pero que jamás podrá romperse.
Los personajes de esta historia están conectados, no por un hilo sino por un mechero rojo. Algunos se sentirán terriblemente atraídos por el destino, otros lucharán contra él, pero jamás podrán cambiarlo.
¿Conocéis esa teoría de que todo el mundo está unido entre sí? Podéis referiros a esa leyenda china del hilo rojo, o la más conocida de los 6 grados de proximidad, pero yo siempre he creído que es cierto. Pues de esa idea parte esta antología de relatos y va uniendo cada texto independiente mediante un mechero rojo que va cambiando de manos.
Inicialmente pertenece a un psicópata/torturador, que pasa a heredarlo su nieto, que lo coge un ladrón, que los pierde en una cafetería… y así hasta 8 historias de lo más variadas, introducidas por pequeños textos intermedios que versan acerca de cómo es encontrado el mechero.
Resulta especialmente ideal para los detractores de los libros de relatos, ya que en a pesar de ser distintas historias, en el fondo es una única: la del mechero. Y de esta forma nos permite probar un poco de cada género literario en todos los fragmentos.
A pesar de la simplicidad de la idea, han creado relatos y personajes tan interesantes que da rabia no saber que paso después. En algunos casos, la historia siguiente nos da los datos para unir cabos, en otros, debemos imaginarnos lo que mejor queramos. A ser posible, finales felices, aunque no siempre sea fácil.
El hecho de estar escrito a cuatro manos es algo que siempre me da miedo, ya que los contrastes entres las dos plumas pueden dar al traste con la homogeneidad. Pero el estilo va cambiando en cada relatos, y también el registro: algunos en primera persona, otros en tercera e incluso algunos con cambios de voces. De modo que no importa donde este el cambio de autora, porque cada una empieza de cero.
Lo mas curioso es que me hubiera aventurado a decir que el corte estaba hecho justo a la mitad, cuando se vuelve más fantasioso (seres inmortales, zombies,…), sin embargo los relatos están bastante intercalados, tal como indica el índice. Me ha parecido increíble (de bueno, no de poco creíble) como se puede unir todos esos elementos dispares, y más aun cómo es posible continuar la historia pasado un punto.
Por otra parte me fascina como se han relacionado las cosas a través de un objeto que en el fondo no es tan común, ya que los fumadores somos raza a extinguir, y ahora casi todo el mundo tiene vitrocerámica en su casa y no necesita los mecheros para encender la cocina.
Como siempre, daros mi top 3, es difícil. Aunque en este caso me decanto por los relatos más largos y algo más complejos:
Carretera a la libertad: Trata de un preso recién salido de la cárcel que va a casa de su (ex)novia a buscar el botín que dejó hace unos años, aunque las cosas cambian al llegar allí. Me encantó el personaje, y también el secundario y es por ello que lo recuerdo sobre todo el libro.
El arte de matar: Narrado en primera persona por un psicópata asesino de mujeres que encuentra a una chica que le gusta de verdad, y los giros que puede tomar la situación. Lo valoro por la historia en sí misma y además por la dificultad del registro utilizado.
El embarcadero: El primero de corte fantástico de la recopilación, pero que no se centra en los aspectos “inmortales” sino en la psicología de los dos personajes. Aunque resulta un tanto predecible (es fácil intuir la realidad por los comentarios) merece la pena leerlo.
Como me sucede cuando un libro me gusta mucho, no me ha durado nada: apenas unas horas porque el estilo es muy fluido y además engancha. Para una tarde de fin de semana, es perfecto además de corto.
Cierra con un pequeño guiño que deja abierta la posibilidad de más historias. A mí también me gustaría encontrar un mechero rojo y a veces lo voy buscando. Aunque me temo que mi vida no es tan interesante (o peculiar) como la de estos personajes a los que a pesar de pasar tan poco tiempo a su lado, les llegamos a coger cariño.
Y para terminar os voy a contar una historia verídica: yo tenía un mechero rojo, que además funcionaba muy bien y era mi favorito por encima de los tropecientos que tengo. Pero al ir a buscarlo hace unos días me di cuenta de que alguien me lo había cogido, y por eso adelanté en la programación la reseña de este libro… ¿Existirá la remota posibilidad de iniciar una cadena desde mí? ¿O deberíamos empezar en el chino que me lo vendió? Nada es imposible, pero a menos espero ellos no sufran tanto como algunos de los protagonistas de esta antología.