Fuente: Periódico "El Universal" en http://www.eluniversal.com.mx/cultura/66212.html
El Museo Legislativo conserva desde 1995 el antiguo pectoral que perteneció a la Décima Musa y que Margarita López Portillo se había negado a devolver“DONACIÓN”. En noviembre de 1995, el pectoral de sor Juana fue entregado por Margarita López Portillo (derecha) a Patricia Moisén, directora del Museo Legislativo (Foto: ARCHIVO EL UNIVERSAL )
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El próximo 12 de noviembre, la Universidad del Claustro de Sor Juana (UCSJ) abrirá en sus instalaciones un proyecto que recreará la celda de la poeta mexicana. Pero entre las piezas históricas y arqueológicas que darán a conocer la obra y el contexto histórico de la vida de la Décima Musa faltará una pieza clave: el medallón de carey que la poeta luce en sus retratos.Esta histórica pieza, que ayudó al antropólogo físico Arturo Romano Pacheco a deducir que el esqueleto hallado en el subsuelo del coro bajo de la Iglesia del Ex Convento de San Jerónimo en noviembre de 1978 se trataba de los restos de la Décima Musa, vivió un largo y polémico periplo hasta su llegada al Museo Legislativo Sentimientos de la Nación, donde ahora se localiza.Lo que queda de ese medallón, “de forma ovalada, preparado en carey y de color café traslúcido”, se encuentra a la vista del público en una vitrina que corresponde a una sección denominada “Principios Coloniales”, con una placa descriptiva en la que se lee: “base de carey de un escudo, encontrado junto con la osamenta que se atribuye a la ilustre escritora sor Juana Inés de la Cruz”.Ese medallón, que contenía la imagen de “La Asunción”, fue entregado en noviembre de 1995, cuando se conmemoraron los 300 años del fallecimiento de la monja jerónima, y cuando también se decidió poner con letras de oro, en el muro de honor del salón de sesiones del Palacio Legislativo, el nombre de sor Juana Inés de la Cruz, cuenta en entrevista Patricia Moisén Lechuga, directora del Museo Legislativo.Moisén Lechuga, quien recibió la pieza de manos de la señora Margarita López Portillo el 14 de noviembre de 1995, asegura que el medallón llegó a ese recinto a petición de los legisladores, quienes reclamaron que no debía estar en manos de particulares, pues hasta entonces había permanecido bajo el resguardo de la señora López Portillo, hermana del ex presidente José López Protillo, ya que fue la “promotora del rescate del ex convento de San Jerónimo”, donde ahora se localiza la Universidad del Claustro de Sor Juana.“Los términos en que fueron entregados no los sé muy bien, pero recuerdo que fue un acuerdo entre toda la Cámara de que se pusieran las letras de oro, que se entregara el medallón y que se hiciera una ceremonia conmemorativa”, recuerda Moisén Lechuga, mientras muestra el contrato de depósito por el que el Instituto de Antropología e Historia (INAH) entregó el medallón a la Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión para que fuera exhibido en el Museo Legislativo.De acuerdo con las notas publicadas en EL UNIVERSAL, el 15 de noviembre de 1995, un día después de la entrega del medallón, Margarita López Portillo accedió a la entrega del medallón tras tenerlo bajo su propiedad durante ocho años, ya que sólo de esa forma estaría seguro y porque en ese entonces el claustro estaba en remodelación.“Esas cosas son de propiedad mía, yo las pagué, pero hubo cosas difíciles y prefiero no hablar de ellas”, declararía López Portillo al reportero al ser cuestionada por qué no había dejado el pectoral en el claustro. En seguida, la misma López Portillo se contradecía diciendo que nunca había sido de ella, sino del pueblo y de todo México: “Este medallón pertenece a México y a él lo entrego con mi mayor emoción y respeto”, dijo al momento de que la pieza fue entregada al museo.A casi 16 años de que ese medallón fue entregado al Museo Legislativo, el antropólogo Arturo Romano Pacheco, quien hasta ahora se había negado a hablar sobre el medallón, declara que Margarita López Portillo se quedó con la pieza por mucho tiempo, a pesar de que él le insistió que lo devolviera.“Ella me lo pidió prestado varias veces y al final se lo quedó. En ese entonces yo me metí en muchos problemas con mis jefes, pero qué podía yo hacer, finalmente era la hermana del presidente”, confiesa Romano Pacheco.Solicitan su regresoTal como cuando el medallón fue entregado al Museo Legislativo, Carmen Beatriz López-Portillo, actual rectora del Claustro de Sor Juana y sobrina de Margarita López Portillo, manifiesta su interés para que el medallón regrese al lugar donde fue hallado y donde, dice, debe permanecer.Durante la presentación de las actividades para festejar los 360 años del nacimiento de la Décima Musa, Carmen Beatriz expresó que ahora “sería un buen momento para que el Palacio Legislativo lo regrese”.Pero para Moisén Lechuga la entrega del medallón al Museo Legislativo fue una buena decisión, pues está exhibido al público. “Aquí llegan muchos visitantes, en lugar de que lo tuviera la señora López Portillo en su Universidad o que estuviera guardado”, dice.“La idea en este museo es que todas las piezas tengan difusión, aquí el medallón se encuentra muy bien resguardado y accesible al público”, dice y asegura que la pieza cuenta con un seguro particular que lo protege de cualquier incendio o terremoto.A diferencia de esta pieza, las cuentas de ébano que formaban el rosario que también acompañaba los supuestos restos de la monja y que permanecen bajo el resguardo de la Universidad del Claustro de Sor Juana, no pueden ser exhibidos por su estado de deterioro. “Están hechas prácticamente polvo y lo que queda está integrado a los restos”, aseguró Carmen López Portillo.Pero la autenticidad de estas piezas históricas están a merced de los estudios de ADN que un grupo de investigadores del Cinvestav realizan a los restos de la poetisa mexicana, cuyos resultados ayudarán a determinar si los restos óseos hallados en 1978 pertenecen o no a sor Juana Inés de la Cruz.